Capitulo Final

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Toni se dio la vuelta para mirarlo a la cara.

– ¿Cancelarlo? – Susurro ella.

–¿No es lo que quieres? Si la respuesta es que si, esta noche puedes dormir en una de las habitaciones de invitados y volver a tu casa cuando lo creas conveniente.

–¿Qué pasa con Sarah?

– Quiero a mi hija y quiero estar con ella. Pero si no quieres casarte conmigo y no estas dispuesta a confiar en mí, dilo ahora. No quiero que Sarah sufra, ni arruinar nuestras vidas.

– ¿Y si digo que no?

– Puedes volver con Sarah. Me ocupare de que no pasen apuros económicos y saldré de sus vidas. La niña no ha tenido un padre, así que no lo echara de menos...

El tono de Steve era amargo, el de un hombre vencido, y a Toni se le encogió el corazón.

– ¿Y si digo que sí?

– Hare todo lo posible por hacerte feliz. La elección es tuya, pero tienes que estar segura; esta vez no hay vuelta atrás.

Pero Toni no necesitaba pensarlo. Ya sabía lo que quería: lo quería a su lado. ¿podía confiar en él?

Se había equivocado en cuanto al banco. Quizás se había equivocado también respecto a su relación con su madrastra. Mejor dicho, ya estaba segura de que era así. Su negativa a escuchar les había hecho daño a los dos. Habían sido sus celos ciegos los que les había separado, lo que había desperdiciado el amor que podían haber compartido.

Pero no era demasiado tarde. Por Sarah, tenía otra oportunidad, y aunque el ya no la amaba, ella sí.

–Steve... - susurro con el corazón en un puño –. Te quiero. Quiero casarme contigo. Debía haber confiado en ti.

– ¿Lo dices enserio? – pregunto esperanzado.

– Si – dijo ella poniendo una mano sobre su mejilla.

Estaba húmeda, aunque era casi imposible creer que un hombre como Steve llorara. Debía de querer mucho a su hija.

– Incluso intentare ser amiga de Natalia, si es lo que quieres – añadió para mitigar parte de la culpa que sentía.

– Estoy seguro de que es lo que tu padre quería.

Durante un rato permanecieron inmóviles y callados, cada uno absorto en sus propios pensamientos.

– Me preguntaba... - dijo Toni finalmente –. Si la ducha que te has dado antes de acostarte era fría.

Steve rio en voz baja.

– Júzgalo por ti misma – dijo mientras tomaba su mano y la bajaba hacia su ingle.

Cuando Toni despertó, la habitación estaba llena de luz y una cálida brisa entraba por la ventana. Se dio la vuelta para abrazarse a Steve, pero la cama estaba vacía.

Miro el reloj y vio que eran casi las diez. No era de extrañar, ya que no se habían dormido hasta el amanecer. Se ruborizo al recordar la pasional e inventiva forma de hacer el amor con Steve.

Después de tantos años separados, el deseo que sentían el uno por el otro era insaciable, y no habrían dormido si Steve no hubiese bromeado diciendo que tenían que descansar para la noche de bodas...

Volvió al presente al oír unos golpes en la puerta.

–Pasa – contesto, extrañada de que Steve llamara antes de entrar.

Matrimonio por encargo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora