Capitulo 7

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A Toni le daba vueltas la cabeza mientras miraba a Steve.

– Si no puedes o no quieres creerme, tengo pruebas de las actividades fraudulentas de Hammer. Había pensado archivarlas, pero, en contra de mi voluntad, tuve que enseñárselas a su padre.

– ¿Enseñárselas a Tom? ¿Por qué?

– Para evitar que montara un escándalo. Pensaba que su hijo era una cabeza de turco y amenazo con emprender acciones legales. Es un hombre honrado, y cuando supo la verdad se disgustó mucho.

Sí, pensó Toni. Tom se preocupaba por su hijo.

– Parece haberte sorprendido también a ti...

Sorprendida era poco. Estaba devastada. Todos aquellos años había estado equivocada respecto a Steve y Justin, imaginando que aquel era un monstruo y este una víctima inocente.

– No sé qué decir – musito – Lo siento, lo mal interprete. Pero nunca pensé que Justin – su voz se quebró.

– Supongo que no debe ser agradable averiguar que tu compañero es capaz de tanta deshonestidad. ¿Dijiste >>compañero<< verdad?

Natasha trago saliva. Había comenzado con una mentira y tenía que continuar con ella.

– Si.

– ¿Viven juntos?

– Ya te he dicho...

– Me refiero a compartir casa.

Natasha dudo.

– Sí, vivimos juntos

– ¿Dónde viven?

– Eso no es asunto tuyo – dijo, aliviada porque Foster Gilles nunca facilitaba la dirección particular de un empleado.

Natasha descanso al ver que Steve se encogía de hombros y aceptaba su negativa a decírselo.

– ¿Qué hace Hammer ahora? – pregunto él repentinamente.

Como estaba completamente desconectada de su antigua vida, Toni no tenía ni idea.

– Seguro que sabes a que se dedica – insistió

– Va por buen camino – contesto ella esperando que aquello fuese verdad.

– ¿Quiere eso decir que está desempleado y que tú lo mantienes?

– No – contesto – trabaja para su cuñado en una compañía de exportación – añadió viendo que Steve no se iba a dar por vencido.

– ¿Y no tienen planes de boda? ¿Estas contenta siendo la señorita Carbonell?

– Bastante.

– ¿Y si tienen hijos?

– No hemos pensado en eso – contesto ella apresuradamente.

Y antes de que él pudiera proseguir aquel interrogatorio, Natasha volvió a la conversación anterior.

– Cuando te dijeron que Foster Gilles enviaría a la señorita Carbonell, ¿Sabías ya que se trataba de mí?

– Es un poco más complicado que eso.

– ¿Cómo?

– Lo que hice fue asegurarme de que te mandaran a ti.

– ¿De qué forma? – pregunto incrédula.

– No quería que mi nombre saliera a relucir, así que se encargó de todo uno de mis directivos, que es una mujer. Explico que Leroy sigue una política de igualdad de oportunidades para las mujeres, y, por lo tanto, apoyaría que el analista de Foster Gilles fuese una mujer.

Matrimonio por encargo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora