Despierto en mi habitación, no recuerdo nada de lo sucedido ayer, a lo mejor fue sólo que me di un golpe en la cabeza, veo entrar a Blanco y Pingu.
Blanco: Anda Celeste, veo que ya despertaste.
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Pingu no dice nada, corre a mí lado y me abraza, mi amigo tenía lágrimas en los ojos.
Pingu: Gracias al cielo que no te pasó nada.
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Yo: Qué me podría pasar Pingu? Sólo fue un golpe en la cabeza...
Pingu puso cara de asombro y se alejó a hablar con Blanco, seguramente sería para saber si podría levantarme de la cama, Blanco asintió y después se acercó a mí.
Blanco: Oye Celeste, puedes levantarte y caminar?
Yo: Creo que sí.
Con dificultad me levanto de la cama y camino de un lado a otro en mi habitación.
Pingu: Perfecto, ahora por favor, acompañame.
Seguí a mí amigo pingüino por toda la agencia, dónde estaban los de siempre, Antonio e Ignacio conversando, Poochy correteando por ahí, nada fuera de lo común, al llegar a una puerta, Pingu sacó un manojo de llaves y la abrió, luego por un pasillo llegamos a otra puerta, Pingu llamó 3 veces salió a abrirnos un pájaro enorme de color rojo.
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