En Don Pingu y cía, el ambiente se torna de un tono siniestro, al ver a William, el zombie lector y a Ignacio el Zombie educado escapando a todo correr de la agencia.
William:¡Por Dios y la Virgen María!¿Quién me mandaría a aceptar este trabajo?
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Ignacio:¡No te lamentes viejo amigo sólo corre!
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Ambos Zombies corrían lo más rápido que sus muertas articulaciones les permitían, iban a una velocidad no acostumbrada por ellos, por lo que el monóculo de Ignacio bailaba en su cuerda fuera del ojo del Zombie educado como si fuese una estela, pero, la pregunta se cae de madura como diría el Pepauri, ¿Por qué nuestro dúo favorito de muertos vivientes corrían como alma que lleva el Diablo y adónde se dirigían? La incógnita del destino se resuelve fácil, van a la salida, a las calles de Newgrounds City, pero el motivo, es muy difícil de explicar, Ignacio volteó a mirar atrás y casi le dió un vuelco a su muerto corazón, volvió a mirar a su compañero y en su desesperada mirada sólo se leía una palabra, "CORRE".
