La Potter olvidada

Capítulo 33

Las clases continuaron de forma rutinaria durante los primeros dos meses desde el inicio del año escolar.

Las clases de defensa contra las artes oscuras, a pesar del desagrado de Nisha por el profesor, eran realmente buenas comparadas con la de años anteriores. La reina serpiente y sus amigos les tomó un tiempo admitir que Remus Lupin era un muy buen profesor y que sabía enseñar, y que a ellos les caería bien si no fueran consientes de lo negligente que fue en sus deberes de padrino con Nisha.

Por otra parte, la relación con la profesora Potter era realmente mala. Había constantes enfrentamientos entre madre e hija, ya sean públicos o en privado, que en su gran mayoría terminaba con la mujer mayor quitándole puntos de su casa a la más joven. Y aquellas peleas, en varias instancias, eran tan agresivas que casi terminaban en maldiciones hacia la otra.

En un inicio, las peleas, iniciaron porque Lily y Harry estaban molestos porque Nisha ganaba muchos más puntos para Slytherin, que Harry para Gryffindor. Comenzaron como simples discusiones verbales e insultos, pero estas se fueron agravando a tal punto que Lily, en las peleas que tenían en privado, sacaba a relucir el maltrato que hizo sufrir a Nisha por parte de ella. E inclusive intentar volver a intentar golpearla, pero Nisha se sentía lo suficientemente confiada en el castillo como para detenerla, algo que nunca hizo en todo los años que vivió en Potter Manor. Esa acción le generó sorpresa y miedo a la mujer pelirroja, ella no esperaba que de verdad la chica se hubiera rebelado contra ella, creía que solo era un acto para parecer fuerte.

También, Lady Nix ganaba cada vez más y más seguidores.

Durante los primeros dos meses de clases se le acercaban alumnos de Gryffindor y Hufflepuff para unirse a ella. Esos alumnos claramente no sabían que ella era una Lady oscura, pero ellos y su magia sabían que ella sería una gran líder y haría diferencias en el mundo mágico, por lo cual acudían a ella. Durante ese corto periodo, se sumaron cuarenta y siete seguidores a sus filas, treinta de Hufflepuff y diecisiete de Gryffindor. Había menos cantidad de leones debido al hecho de que ignoraban la gran farsa que rodeaba al niño-que-vivió que creó Dumbledore, así que decidían 'seguirlo' a él.

Todo iba bastante bien hasta que llegó la fecha que Nisha y sus amigos consideraban maldita, el treinta y uno de octubre. Ese día de Samhain. Peter Pettigrew trató de entrar, aunque ya estaba dentro del castillo, pero nadie lo sabía, a la sala común de Gryffindor. Esto provocó el pánico colectivo entre la mayoría de los estudiantes y profesores.

La madre de dragones, que sabía absolutamente dónde estaba la rata, nunca había querido matarlo más que en ese momento. Una de las razones de eso, fue que él tenía parte de la culpa de su abuso, pero ahora ella quería torturarlo porque trató de atacar donde dormían algunos de sus seguidores.

Esa noche todos tuvieron que dormir en sacos de dormir en el Gran Comedor; según Dumbledore, para la seguridad de todos.

Al día siguiente, Nisha despertó decidida a que ese día, Peter Pettigrew iba a ser torturado hasta que su mente se rompiera.

Debido a que era sábado y todos los estudiantes estaban estudiando o haciendo par en algún lugar del castillo, la madre de dragones no tuvo ningún problema en ir a capturar a la rata. Quien se escondía con el último niño Weasley, desde hacía ya doce años.

Cuando la chica terminó de desayunar, hizo saber a su corte que no debía ser buscada en el resto del día porque tenía cosas que hacer. No les dejó tiempo para interrogarla antes de irse. Ellos la entendieron y simplemente la dejaron ir, su amiga era una Lady oscura, tenía cosas que hacer.

Con la ayuda de la magia del castillo, logró encontrar un pequeño pasadizo escondido en una pared que la llevó directamente a la sala común de Gryffindor sin ser vista y evitar a los dementores. Mientras caminaba por el pasillo, las velas se encendían mientras avanzaba y se apagaban cuando estaba a un metro de distancia de ellas. Se coló en la sala común con el mayor sigilo posible para pasar desapercibida y atrapar fácilmente al hombre/rata, para tomarlo por sorpresa.