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Esfuérzate.

Gotas de sudor cayeron de su frente mientras, concentrada miraba sus manos; esperando que así, mágicamente apareciera una tan característica luz esmeralda

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Gotas de sudor cayeron de su frente mientras, concentrada miraba sus manos; esperando que así, mágicamente apareciera una tan característica luz esmeralda. Segundos, minutos, pasaron pero nada ocurría. Frustrada, limpió las gotas de sudor y acomodó su cabello.

Suspiró y volvió a ojiar el libro a su lado. Con decepción miró sus manos; hizo todo correctamente al pie de la letra, aún así, nada ocurría.

¿Por qué?

Se preguntó, con un profundo nudo en su garganta formándose. Agotada, se recostó en el suelo. Mirando el techo, una lágrima resbaló de sus ojos.


La madera crujió. Poco a poco las llamas iban consumiendola, de repente la puerta se abrió. Como si de automáticamente se tratase Yuki se levantó como un robot.

—¿Yuki?— preguntó extrañada la pelinegra.

—H-Hola.—respondió con nerviosismo, escondiendo el libro en su espalda.

La mayor miró con preocupación a la niña. Ella lo sabía; desde que comenzó la apuesta, ella se había estado aislándose. A paso lento se acercó y depositó una mano en su cabeza.

- —Yuki.— la llamó, está estaba con la mirada baja.—Puedes confiar en mí, ¿sabías?—la mayor se agachó a su altura y la miró. Y cómo si de un cristal se tratase, comenzó a llorar mostrando el libro en su espalda. Shizune suspiró.

Con suavidad tomo las manos de la niña y las puso encima de un pequeño raspón que ella tenía. Con sus manos encima de estas, una cálida luz verde apareció, está poco a poco fue deshaciendo la pequeña herida.

—No debes apresurarte.— comenzó a hablar sin mirarla.— el ninjutsu médico no es algo fácil de aprender. —una vez terminado le sonrío.

—¡G-Gracias Shizune-san!— como si de magia se tratara las lágrimas habían desaparecido, dejando paso a una bonita sonrisa. Revoloteando salió disparada de la habitación.

Se asomó a la ventana, y contempló las hermosas manchas anaranjadas que iban manchando poco a poco el cielo.

Los días y meses iban pasando y aún así, no había progreso alguno. Tsunade más de una vez se concentro en demostrar explicar cada uno de los pasos y nada ocurría. La frustración y el estrés eran las emociones que más presentes estaban en ella, por más qué lo intentaba y esforzaba, nada daba resultados. Sabía que no era fácil, pero aún así, nada resultaba.

Era de noche y la luna resplandecía en lo más alto del cielo nocturno, a sus pies, una cabellera blanca bailaba al compás de la brisa. Suspiró resignada. Tsunade estaba bebiendo, lo cual no era nada nuevo para ella.

Arrancó una pequeña flor que sobresalía del desgastado camino de tierra. Esta se envolvió en una fina capa de escarcha, no lo entendía. A sus ojos era algo insignificante pero bello, aún así no era suficiente. Cerró los ojos con fuerza, por arte de magia, la misma flor se había formado en su otra mano, esta tenía el hermoso y misterioso patrón de la escarcha.

| Cold | Itachi Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora