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Los finos copos de nieve iban cayendo lentamente del oscuro cielo, hacia su destino; el suelo.

El aire frío de la noche entraba en los pulmones de la joven que yacía inconsciente en  el frío suelo. Su pálida piel se había tornado de un leve carmesí debido al frío.

La nieve continuó cayendo sin piedad sobre la joven, la hipotermia no tardariatardaría mucho en presentarse. Al rededor del oscuro bosque no se veía ni una sola alma, cual pudiera ayudarla... O eso se veía.

La luz de la luna  reflejaba en su blanquecino cabello e frente, en la que había un raspón, del cual salía un líquido escarlata.

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    Aquellos vacíos ojos ámbar miraban la blanca nieve caer lentamente. El hermoso invierno había llegado; eso estaba claro. Con eso, la nieve pintaba todo a su paso, de un color blanco puro.

   El frío aire entraba a sus pulmones, pero no le importaba, no le interesaba enfermarse, solo quería apreciar la frialdad del intenso invierno.

  Extendió sus vendadas manos hacía adelante. Un pequeño copo iba cayendo al compás de la brisa; este al llegar a su mano, se derritió rápidamente, ella hizo una mueca.

¿Por qué?

  Se preguntó. ¿Por qué no podía ser eterno? Algo tan bello e insignificante, no podía ser eterno.

  Una nube de vapor salió de sus rosados labios; había suspirado. Nuevamente posó sus pequeñas manos fuera del techo que la protegía de la nieve.

  Un pequeño pero hermoso copo se había formado en sus manos. Este comparación del otro, no se había derretido. La niña sonrió.

  La puerta corrediza a su espalda se abrió abruptamente; la niña se asustó y el copo se derritió.

—¡¿Se puede saber que haces aquí afuera?!— regañó la rubia de ojos ámbar.—¡Te puedes enfermar!

  La niña no respondió, ella no tenía frío y no le importaba enfermarse.

—Vamos adentro, Yuki.— habló más calmada. La mujer mayor comprendió en poco tiempo, que a la niña le fascinaba el frío.

  La mayor la tomó de la mano y la llevó adentro de lo qué sería el hospedaje.

—¡Yuki-chan!— la pelinegra habló preocupada con un cerdito en brazos.–No te encontraba. La castaña suspiró.

| Cold | Itachi Uchiha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora