Enamorada De Un Ángel (Lumity)

Capítulo 7: No se si es amor

Luz observó fijamente como la joven cerraba sus ojos y se concentraba en su herida, entonces pudo sentir y ver una extraña energía brotar de las manos de Amelia, sentía algo sumamente cálido recorriendo su brazo, mientras el dolor producido por el corte desaparecía poco a poco.

Una vez disuelta por completo la energía Amelia abrió suavemente los ojos y quitó sus manos del brazo de Luz con expresión sonriente.

Luz: ¡¿Qué diablos me hiciste? ¡¿Y de qué planeta vienes? -exclamó completamente en shock, con cara de pánico al ver que la herida de su brazo había desaparecido por completo-

Amelia: Esto es lo que soy en realidad Luz y nadie puede cambiarlo -señaló con voz serena y algo entristecida-

Luz: Esto… Esto… No puede ser posible -repetía una y otra vez mientras alternaba su mirada entre su brazo y la joven-

Amelia: Sé que te resulta casi imposible de creer, de hecho algo como esto jamás debió ocurrir, pero yo cometí un error y este es mi castigo -agregó-

Luz: ¿Castigo? No entiendo a que te refieres. mira, si la idea es aterrarme o confundirme, déjame decirte que lo estás logrando -comentó sin quitar su expresión de pánico en el rostro-

Amelia: Yo cometí un error, hice algo que no debía y bueno… Ahora estoy acá, en realidad te he dicho más de lo necesario, por favor perdóname, pero no puedo decirte nada más -agregó mientras se incorporaba y se dirigía hasta la puerta- gracias por todo y por hacer de mi castigo algo tan hermoso -señaló con ojos vidriosos mientras cruzaba el umbral de la puerta-

Luz no le dirigía la mirada, por lo que no se percató que Amelia se había marchado, en su mente recorría una y otra vez la imagen de su herida desaparecer como por arte de magia, algo que iba contra toda lógica y la sola idea lo mantenía paralizada.

Amelia se encontraba en medio del parque, bajo el amparo de un frondoso árbol, la tarde comenzaba a expeler sus últimos rayos y ella no tenía donde ir, se sentía totalmente desamparada y más sola que nunca.

Willow: Amelia, lo hiciste de nuevo -se oyó de pronto una voz que a pesar de la dulzura en su tono, llevaba el reproche marcado en cada palabra-

Amelia: Excelencia… Yo… -solo pudo balbucear-

Willow: Amelia... Se te dijo que no podías revelar tu identidad a nadie, a ningún ser humano y una vez más desobedeciste y con la misma mujer, dime la razón ¿Por qué lo hiciste? -preguntó-

Amelia: ¡No lo sé, no lo sé! -exclamó dejando escapar el llanto-

Willow: -suelta un suspiro- Amelia, creo que deberías acostumbrarte a tu actual condición… Es posible que jamás puedas volver… -susurró el ángel supremo mientras desaparecía del lugar-

Amelia: No… ¡Excelencia por favor! -exclamó mientras las lagrimas inundaban sus mejillas, las cuales solo eran opacadas por las gruesas gotas de lluvia que comenzaban a caer sobre la ciudad, como si el cielo solidarizara con su llanto-

Así, sin ninguna esperanza se abrazó a sus rodillas apoyando la espalda al tronco del árbol.

Boscha: Vamos Amelia… No te dejes abatir… -se escuchó de pronto-

Amelia: ¡Boscha! ¿Qué voy a ser ahora? ¿Acaso no podré regresar nunca? -preguntó sin quitar la cara de entre sus piernas-