Capitulo 6: Sentimiento desconocido

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Se separaron levemente por la falta de aire. Amelia aún mantenía los ojos cerrados en un fallido intento por ordenar el mar de emociones que la recorrían. Luz los abrió con lentitud, entonces la vio, era su Amity la que estaba frente a ella.

La imagen que tenía frente a ella era irreal, sabía que no podía ser su amada, claro que lo sabía, era totalmente imposible, pero su razón se nubló por completo y se dejó llevar por el momento que la vida le estaba regalando.

No supo en qué momento sus manos comenzaron a tomar vida propia y con una suavidad increíble comenzaron a recorrer el contorno de Amelia, partiendo por sus hombros, sus delicados brazos, el contorno de sus senos, su estrecha cintura, finalizando en su espalda para atraerla más hacia ella, apretarla contra su ser y comenzar un nuevo y apasionado beso.

Amelia permanecía con los ojos cerrados entregándose a cada dulce y nueva sensación que comenzaba a recorrer su cuerpo, como una potente corriente eléctrica recorriendo desde la punta de sus dedos hasta partes que jamás pensó que existían en ella.

No sabía con exactitud qué era lo que pasaba, pero sentía la necesidad de entregar todo de ella en aquel beso, quería saber qué otras cosas y sensaciones podía proporcionarle aquella hermosa castaña y se dejó guiar hasta la habitación en los fuertes brazos de la chica.

Cayeron lentamente sobre la cama, en una mezcla de besos y caricias alocadas, Amelia comenzaba a aventurarse a recorrer el marcado torso de Luz, sintiendo por primera vez un fuerte calor nacer dentro de ella, algo totalmente nuevo y atormentador, pero a la vez exquisito, quería más, no sabía qué era lo que necesitaba, pero sin duda necesitaba más de ella.

Luz: Amity -susurró en un pequeño gemido, aún en los labios de la joven causando que esta cayera pronto en la dura realidad-

Amelia abrió los ojos lentamente mostrando la desilusión en ellos, esos besos, esas increíbles caricias y sensaciones ¿Fueron solo por confundirla con su difunta esposa? ¿Acaso nada fue real? ¿Qué era lo que sentía en estos momentos? ¿Tristeza, acaso… Celos?

De ninguna manera, no podía permitirse sentir algo más que no fuera sentido de protección por esa mujer que en estos momentos la miraba en una mezcla de ternura y pasión.

Amelia: Yo… -comenzó a separarse aún algo agitada de los brazos de Luz- Yo… No soy tu esposa Luz, no soy Amity -intentó sonar lo más tranquila posible, pero un dejo de tristeza se arrastró con esas palabras-

Luz la observó unos segundos, aún sin separase completamente, tenía razón, la mujer que tenía frente a ella, no podía ser su esposa, pero… Aún con todo el alcohol consumido horas antes, sabría identificar perfectamente el dulce sabor de los labios de su esposa y ese sabor aún descansaba en su boca después de esos besos proporcionados.

Luz: Lo siento… No debí… Yo sé muy bien que tu no eres… -susurro ntentando disculparse, mientras se incorporaba lentamente y se sentaba a su lado-

Amelia: No te preocupes, el alcohol nunca ha sido tu mejor amigo -señaló con una dulce sonrisa mientras sacudía su cabeza en señal de despreocupación- vamos, será mejor que te recuestes -le indicó mientras se levantaba de su lugar dispuesta a salir de la habitación-

Luz: No te vayas, por favor, quédate un momento más -susurró en tono de suplica, mientras le extendía su brazo para que se acercara-

Enamorada De Un Ángel (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora