Diva

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-Es mejor que la dejes y te vayas, Evelynn...

-No creo que esto te incumba Kayn...-dijo soltándose del hombre que apareció de entre las sombras para caminar en dirección a donde el rastro seguía, pero fue detenida una vez más al girarse se encontró con su mejor amiga y Kai'sa quien la abofeteo, la diva quedó desconcertada topando su mejilla

-Has tomado una decisión, así que es mejor que la dejes Eve...-la gumiho puso sus manos en los brazos de su amiga para hablar con voz firme- Ella siempre te lo dijo...ella lloraba en las noches, Evelynn... Ella... quiere ese bebé.

-Si Akali, hubiera querido sacarte dinero o algo te hubiera insistido o incluso demandado, ¿no crees?- respondió la bailarina

-Ya tomaste tu decisión ¿por qué irías tras ella?, déjala ir, por favor... Akali de verdad sufrió estos meses que estuve con ella... Te quiero Evelynn...eres mi mejor amiga, pero no puedo dejar que continúes con esto... no quiero que Akali sufra más de lo que ya sufre... y tú tampoco... así que como líder y como tu jefa te ordeno que la dejes ir, vámonos- añadió para luego soltar a su amiga y dirigirse a Kayn despidiéndose de este y de la bailarina quien decidió quedarse un momento más, la demonio entró a su auto en silencio junto a la gumiho para luego arrancar en dirección a la suit KDA, esperó a que la líder se durmiera para volver a salir en dirección a un bar donde se encontraría con un hombre...

Esa misma noche horas antes de la ceremonia de apertura, una joven se encontraba caminando por el templo kinkou visitando la que sería tumba de su padre, dejó en este un ramo de rosas y se arrodilló con cuidado empezando a rezar.

-¿Así que no harás la ceremonia de apertura?

-Creo que es fácil deducir que no por el hecho de que no estoy ahí, ¿no lo crees madre?

-Disculpa, no pensé que ya tendrías ya tus cambios repentinos de humor

-No son cambios de humor solo no me gusta tu presencia

-Akali... yo... lo siento, no fui una buena madre te fallé y... le fallé a él... tomé responsabilidades que no eran mías... debía cuidarte y amarte más, así habrías sido una mejor hija

-Ja, ¿tú crees eso?, creo que deliras madre...-la joven se levantó y caminó acercándose a su madre- acepto tus disculpas madre, si eso ayuda a tu paz mental... - dijo empezando a alejarse

-No mi niña, eso no me traerá paz mental... tu muerte si...- esa frase hizo que la pelinegra regresara a mirar a su madre quien se encontraba con un kama en sus manos instintivamente akali llevó sus brazos a su vientre protegiéndolo corriendo por el bosque kinkou intentando pensar en una forma de escapar ya que no tenía sus armas, su resistencia había disminuido mucho por su estado, se resignó al sentirse acorralada viendo borroso por el cansancio a su madre; agitada cerró sus ojos esperando el golpe que seria su final pero a cambio escuchó un corte y luego un silencio sepulcral con el que abriría los ojos topándose con el ahora maestro de kinkou atravesar con su guadaña a su madre, de inmediato sintió cómo los alimentos que había ingerido hace poco regresaban por su tracto digestivo, antes una escena como esa no le habría hecho cosquillas a su estómago pero en esta ocasión parecía y a alguien más no le hacía gracia esa imagen. Fue cuando después de vomitar sintió como alguien le pasaba una botella de agua, se trataba del maestro Zed quien después de pasarle la botella la cargó hasta la cascada que se encontraba cerca la depositó arrumándola en un árbol en lo que llegaba el joven de cabello trenzado cuando llegó con la pelinegra ésta se limitó a abrazarlo y llorar, ella lloraba no por miedo, sino por enojo, por haberse visto y sentido débil ella no era así por su mente rondaban preguntas que la hacían querer dar un paso atrás acerca de su embarazo, fue así que el pelinegro se sentó a lado de su amiga y abrazarla

Be Mine-AkalynnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora