11-Adam

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Cara

—¿En serio te dijo que le gustas?
—me preguntó Cole por decimocuarta vez en el día.

—¡Qué si! —respondí frustrada luego de darle un sorbo a mi batido de fresa.

Nada más llegar a casa, luego del café. Había llamado a Cole para contarle todo lo sucedido, aún no lo asimilaba. Y no era el único. No podía sacar nada de mi cabeza, el beso, la conversación. Era una tortura, una dulce tortura.

Estábamos en la cafetería de la preparatoria. Al fin el doctor le había dicho a Cole que podía asistir a clase luego de recuperarse de la varicela.

Mm yerba mala, nunca muere

Bajé mi cabeza por acto reflejo cuando vi varios de los chicos del equipo de fútbol, entre ellos Kilian entrando en el lugar. No podía mirarle la cara y no seguir recordando todo lo que me había dicho el día pasado.

"Me gustas desde que aprendí el significado de amor"

"Siempre has hecho estragos en mí"

"Siempre has sido tú"

¡Sus palabras no salían de mi cabeza! Empezaba a sospechar que bailaban la conga allá arriba las muy malditas.

¡¿Pero qué estoy diciendo?!

—Tierra llamando a Michi, repito tierra llamando a Michi —me dijo Cole con una voz rara. —¿En qué pensabas?

—¿Tú que crees? —Miré a mi amigo con una mirada melancólica. Estaba cayendo por el chico Fletcher.

—Seguro que en lo mismo que el chico de allá —hizo un gesto con sus ojos señalándome la mesa donde estaba Kilian. El cual me miraba fijamente. Cuando notó que lo veía me sonrió y se concentró en su plato.

¡No me mires así!

—Aún no me explico cómo es que mi radar no se dio cuenta de que el capitán del equipo de fútbol babeaba por los huesos de mi mejor amiga.

—Ese radar te falla mucho —dije al ver que Camille caminaba hacia nosotros. La chica estuvo colada por el, varios meses y nunca se dio cuenta.

¡Su radar del amor apesta!

Y claro, no era mi deber contarle a Cole lo que sucedía. Bueno en realidad Cam me había prometido leerse "El código de Da Vinci" si no le contaba nada. Lo siento, mi error.

—Chicos ¿Ya saben lo de la excursión? —dijo la chica cuando finalmente llegó a nuestra mesa.

—Por supuesto —habló Cole —Ahora nadie busca cita para ir al baile. Ahora todos la buscan para acampar juntos. Es gracioso —se burló.

—A mi me parece lindo —suspiró Cam —Ojalá Jason se atreva a invitarme.

Si, ahora a Cam le gustaba Jason Welles, chico agraciado visualmente, y con una tableta de chocolate fingiendo ser su abdomen.

¡¿Qué?! Eso me han dicho

También gran cerebro y presidente del club de ciencias. Ya me encantaría tener su inteligencia. Que les puedo decir de mi amiga, el nivel de amor que sentía por la cultura asiática era el mismo que sentía por los chicos.

Lo cual fue la verdad razón por la que no le conté a Cole que ella gustaba de él.

(...)

—¿En realidad quieres que te crea eso? —la reprendió Kilian. —Harías de todo porque alguien lea alguno de tus libros favoritos.

Kilian & CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora