6-Cucaracha rastrera

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Cara

¿Alguna vez han querido asesinar a su mejor amigo?

Respondiendo a mi pregunta: Sí

—¿Fuiste tú? —repetí por cuarta vez

—No

¿Creía que yo era tonta?

—Cole, no me mientas

—¡Está bien! —gritó sobresáltandome
—Si fui yo

—¡Lo sabía, te mataré cucaracha rastrera! —Me abalancé sobre él provocando que cayéramos al suelo.
—¡¿Cómo pudiste publicar esa foto?!

—Deja que te explique por favor —me suplicó y yo lo dejé ir.

Corrió hasta subirse a mi cama. Ya no tenía tantas pintas rosas en su rostro, pero sus brazos aún estaban llenos. Gritaba varicela por todos lados.

Solo quería golpearlo, golpearlo contra la pared. Golpearlo contra el suelo ¡Contra la mesa!

Está bien, me calmo

Se veía tan indefenso rodeado por mi manta de Winnie the Pooh. No parecía ese valiente chico que me obligó a besar a Jay Park en el campo de fútbol de la escuela cuando teníamos doce años.

¡Anda!

¡Ahí están de nuevo mis ganas de golpearlo!

—Cole habla de una vez —le dije desesperada

—Yo... —titubeó un poco. —Lo hice por ti.

—Ah, entonces debo agradecerte
—dije con bastante sarcasmo. —Tú más que nadie sabe que odio esto. Odio este tipo de situaciones Cole ¡Odio llamar la atención joder!

—Cara, solo mírate. Necesitas vivir un poco. No puedes quedarte encerrada aquí, a la espera de que uno de tus personajes literarios toque la puerta y te lleve con él

—No tenías el derecho de decidir eso Cole —grité enfadada. Me había dando cuenta que había sido él en el momento que me comentó su nuevo interés por el blog escolar. Llevaba varias semanas ayudando a los alumnos de redacción en él. Instantáneamente mi cerebro hizo click.

—Lo siento Michi

¡¿Michi?!

Me llamaba así en situaciones difíciles. Lo hacía para ablandarme.

Maldito manipulador

Te odio

—Sabes que no es así

Me tiré a la cama frustrada

Me iré a vivir debajo de una roca

Si, eso haré

(...)

Agh

Es domingo de atiborrarme a comida y mi estómago lo sabe. Ruge por ella, pero no hay nada en casa.

Odio hacer las compras

Odio salir de casa los fines de semana

Odio la camisa de ese señor

Salí huyendo cuando el hombre de camisa floreada me miró como si hubiera escuchado mi pensamiento.

(...)

Kilian & CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora