¿Alguna vez pensaron que tenían mala suerte? creanme su suerte no puede ser peor que la mía ¡REENCARTE COMO PENELOPE DE PRINCESA ENCANTADORA! supongo que lo único que puedo hacer es evitar mi final
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Las puertas del gran salón fueron abiertas de par en par dando a descubrir que detrás de ellas estaba la protagonista de la noche y sus padres.
–¡EL DUQUE Y LA DUQUESA DE YEDITH HACEN ACTO DE PRESENCIA JUNTO A LA SEÑORITA PENELOPE YEDITH¡- grito el eraldo presentando a los anfitriones.
Los murmullos no tardaron en escucharse, algunos alababan a la hija menor del Ducado otros se lamentaban que la niña no haya salido hombre para heredarlo y una minoría de los invitados les daba completamente igual todo. La niña estaba extremadamente nerviosa y lo reflejaba apretando las manos de sus padres a quienes les dolía un poco, era una niña bastante fuerte a decir verdad.
–Cielo, no estés nerviosa nosotros estamos contigo– dijo la Duquesa en susurros sin dejar de mirar al frente
–Tu madre tiene razón nosotros estamos contigo–
–Pero y si me caigo por las escales y se burlan de mi– dijo la pequeña preocupado.
Lo de caerse de las escaleras ya le había ocurrido varias veces y por suerte (y el alo de protagonista) no se había lastimado de gravedad, nada paso de uno que otro raspón siendo posible que incluso podría haber muerto por las múltiples caídas. Ella aunque era una "prodigio" en palabras de otros, era increíblemente torpe y distraída, también varias veces se había golpeado con los muebles.
–Penelope, cielo, eso no pasará–trato de tranquilizarla su madre
–Nosotros de tenemos sujeta de las manos, no permitiremos que eso pase– le recordó su padre.
Ella se tranquilizó, por lo último que dijo su padre por un instante había olvidado que sus padres la tenían sujeta de las manos, además si hacía el ridículo sus padres y hermana la ayudarían a disimularlo. La prueba de fuego ,que eran las escaleras, se había termino y ella la termino con éxito (aunque casi se cae en el ultimo escalón).
Cuando ellos llegaron al piso liso todos en el gran salón guardaron silencio en espera de que el patriarca de la familia digiera unas palabras.
–¡Es un placer que todos hayan podido asistir a la ceremonia de precentacion de mí hija menor Penélope, esperamos que disfruten el banquete y el baile!– dijo mientras que su esposa se encontraba a su lado con una sonrisa y su hija en el medio de ambos.
Sin más, después de esas palabras la música y el bullicio se reanudó, algunos aristócratas se acercaron a la cumpleañera a felicitarla, presentarse y precentar a sus hijos e hijas. Luego de unas largas precentaciones la pequeña empezó a sentirse un poco incomoda, para suerte de ella sus amadas hermanas por asares del destino miraron a su dirección.
–Rosi–llamo la mayor
–¿Si?– contesto la nombrada con la boca semi llena de bocadillos.
