𝗔 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗦𝗜𝗟𝗟𝗬

V

Jungwon se encontraba empacando las últimas cosas que le faltaban con la ayuda de Jay, el cuál se ofreció haciendole caso omiso a las respuestas negativas por parte de Jungwon.

El menor había cumplido la promesa de irse a estudiar a Seúl, y en unas horas empezaría el viaje en su carro hacia dicho ciudad.

— Oh, recuerdo esa foto— dijo Jay mientras metía en una caja las cosas que Jungwon tenía en un estante.

Jungwon se acercó al mayor y pudo ver la foto que Jay tenía entre sus manos.

Eran los dos haciendo una pose tonta lo suficientemente ebrios como para no saber que hacían, esa foto había sido tomada en una fiesta de la preparatoria, cuando Jungwon iba en primero y Jay en segundo.

A Jungwon le dió algo de nostalgia.

— Yo también lo recuerdo, fue la vez en la que besaste a aquella chica... No recuerdo su nombre— empezó a reír el menor.

Park siguió metiendo las cosas en la caja, para después ponerla encima de otras cajas.

— Lamentablemente, no solo nos besamos— hizo cara de desagrado.

Jungwon abrió los ojos de par en par y después soltó una risita nerviosa.

— Si bueno— se aclaró la garganta—. Llevemos estás cajas al auto.

Una vez que todas las cajas estuvieron dentro del carro, ambos chicos se miraron entre sí.

Jungwon le extendió la foto que minutos atrás estuvieron observando, mientras que Jay la recibía un tanto sorprendido.

— ¿Por qué me la das?— pregunto Jay.

— Para que recuerdes el día que dejaste de ser virgen.

El mayor frunció el ceño y Jungwon no pudo evitar echarse a reír.

Los padres de Jungwon se despidieron de él y después volvieron a ingresar a su casa, puesto que su madre se había puesto a llorar.

— Así que te vas...

— Me voy...

Jungwon le sonrió al mayor, siendo está la última sonrisa que le dedicaría.

El pelinegro entro al auto, mientras que el rubio se recargo en éste haciéndole una seña a Jungwon de que bajará la ventana.

— ¿Y ahora que qu-

Y Jay por fin había hecho lo que había querido hacer desde hace mucho tiempo.

Esperó a que Jungwon le diera una cachetada o que lo aventará lejos y se fuera, pero no espero que el menor lo tomara de la nuca acercándolo más a él para profundizar el beso.

Se separaron por falta de aire, ambos con la respiración un tanto agitada.

— Que tenga un lindo viaje, joven Yang— le guiñó un ojo.

— Y espero usted tengo un lindo día, joven Park.

Jungwon se acercó una vez más a Jay para poder dejarlo un corto beso en los labios y después arrancar.

Una despedida que había salido mejor de lo planeado.