En Búsqueda de Bucky (WinterFalcon)

Auckland, Nueva Zelanda. Diciembre del 2015

- No - dijo Bucky rotundamente, mirando hacia abajo a la caligrafía ahora desordenada en la carta, poniéndose de pie, agitando un bolígrafo a Sam - No. No solo me encontraste, yo... No. Revisé tres veces este área de antemano.

Sin embargo, Sam era todo sonrisas, acercándose a Bucky con las manos levantadas.

- Lo siento, Bucky, pero soy demasiado bueno- dijo Sam - O tal vez eres demasiado predecible. Elige tu opción. Lo que sea que te haga dormir mejor por la noche.

Sam se había quedado gratamente sorprendido de que la siguiente pista lo hubiera llevado a Auckland, Nueva Zelanda, una ciudad de colinas, café frío con bolas de helado y muy buenos simulacros independientes sobre vampiros. Además de historias sobre chicos extraños y sus lejanos padres adoptivos que se fugaron. También, sorprendentemente buen pescado y patatas fritas. O eso escuchó Sam.

Él no había estado en Auckland mucho tiempo, pero sabía que iba a comprobar todas esas cosas. Sin embargo, lo primero que hizo, porque se estaba convirtiendo en un experto en Bucky Barnes, fue encontrar dónde estaba exactamente, descubrir dónde instaló su estudio de arte. Y bueno. De acuerdo, no estaba tratando de encontrar su estudio de arte, pero fue interesante ver lo que Bucky eligió como uno. Techos altos, no demasiado espacio, pero mucho más de lo que había en lo que elige para su refugio real, lo cual fue interesante. Montones de lienzos colocados esporádicamente alrededor de la habitación en una organización misteriosa que Sam supuso que tenía algo que ver con los niveles de acabado o el grado en que Bucky amaba (u odiaba) el proyecto terminado.

Parecían ser en su mayoría pinturas al óleo al estilo impresionista de antaño, más antiguas de lo que era popular incluso entre la generación de Bucky, pero también bocetos, algunas pinturas al agua, experimentaciones con técnicas mixtas. Sobre todo de jardines, de jarrones, de flores. A veces, retratos de calles a primera hora de la mañana, vacías. Uno de un lago en alguna parte. Eso era triste. Tener las pinturas de Bucky escondidas del mundo de esta manera.

Sam no esperaba irrumpir justo cuando Bucky le estaba haciendo su carta. Ver el pánico sorprendido en sus ojos cuando se estremeció, arruinando el 'SAMUEL' en el sobre, maldiciendo.

Bucky miró la imperfección con el ceño fruncido como un gato gruñón, a punto de romper el sobre cuando Sam lo detuvo.

- Espera, espera, espera. ¿Qué estás haciendo con eso? - preguntó Sam.

- Lo arruiné. Voy a arreglar esto - refunfuñó Bucky, pero Sam le arrebató el sobre de las manos, mirando el jarrón lleno de iris azules, jacintos rojos y alcatraces.

- Oh, esta bien. No seas un perfeccionista, ya me encanta - dijo Sam, mirando con cariño el arruinado "Para Samu", queriendo tocarlo pero no queriendo perturbar el oro que aún se secaba.

Sam le dio la vuelta, abrió con cuidado el sobre y sacó la carta doblada con la pintura del jarrón frente a él. Sonrió, levantando la tarjeta para verla cerca de su inspiración. Abrió la carta para encontrar esa letra ordenada con coordenadas y una hora.

- Me encantan estas cosas, pero ¿en serio pensaste que iba a esperar hasta que me dieras algunas coordenadas ahora? - preguntó Sam sosteniendo la carta - Después de que obtuve tu número. Sé cómo trabajas. Vamos, Bucky. Voy a tocar el timbre de tu puerta de ahora en adelante. Siéntete libre de seguir haciendo estas, pero ya no es necesario que busques mi hotel.

Bucky se dio cuenta tardíamente de que Sam, de hecho, no estaba en su casa segura. Estaba en su estudio de arte. Se puso de pie de repente, sacando a Sam del estudio con suavidad pero con firmeza, con el rostro pálido.

- Está bien, lo entiendo, pero ¿tal vez no encuentres mi estudio de arte la próxima vez?-  suplicó, obligándolos a salir tan rápido que Sam apenas pudo echar un último vistazo a las piezas que lo rodeaban. —Te agradecería mucho que no buscaras mi estudio. Nunca.