Capítulo 21

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Después de esa noche en la que él colocó un anillo en mi dedo, terminamos de tramitar la compra del departamento, y comenzamos a amueblarlo. Cosas básicas, ya que aún tenemos suficiente tiempo para comprar más muebles después.

Pero cinco meses... No son ni serán suficientes para vivirlos junto a él sabiendo que se irá cuatro años.

Probablemente la comunicación sea escasa, no coincidamos en horarios y tengamos que recurrir a solo algunos textos de vez en cuando.

Sin embargo cada abrazo se siente como una confirmación de que el tiempo se irá rápido, y cuando menos nos demos cuenta ya estaremos juntos como antes. Solo debemos mantenernos ocupados para no sentir tanto el peso de la ausencia. Lo extrañaré.

💫⭐

Terriblemente, es lunes de nuevo.

El fin de semana fué maravilloso, al lado de Yoongi, pero la rutina es eso, rutina, y hay que volver a ella.

Entrando a la cafetería me encontré con Taehyung, que había llegado más temprano de lo normal y ya estaba calentando la máquina de café y moliendo los granos. Lo saludé agitando la mano en el aire mientras seguía caminando hacia la bodega para ponerme el uniforme. Unos minutos después de mí -Como siempre- entraron Jimin y Zandra.

— ¡Princesa! — Al verme, Jimin comenzó a dar brinquitos hasta llegar a mí. — Te extrañé toda la semana.

— Perdón, acompañé a Yoongi a Japón.

— ¿Si? ¿Y que tal les fué?

Yo no hice más que enseñarle mi mano, a lo que él y Zandra ahogaron un chillido emocionado.

— ¿Como te lo pidió? — Interrogó Zandra — ¿Fue romántico?

— Luego les cuento, chicos. — Reí — Hay que salir ya, es tarde.

En cuanto salimos de la bodega y vimos a Taehyung en sus labores, Jimin logro recordar algo, por lo que detuvo mi camino y  me agarró el brazo.

— ¿No recuerdas a Taehyung? — Susurró

— ¿Como no? — Dirigí una mirada hacia él, un poco confundida — Si es el que yo capacité.

— No, mucho antes. ¿No sé te hace conocido de algún lugar?

— La verdad es que no, Jimin.

— Piénsalo mejor. Ya te acordarás. — Comenzó a caminar, como creyendo que me dejaría así y ya.

—¿Por qué no mejor me dices a qué estás jugando?

— No está en mi mente, si no en la tuya.

— Dime, ¿A qué te refieres?

— La semana pasada él dijo que venía a esta cafetería algunas veces y que en una ocasión estableció conexión contigo.

— ¿Qué? — Dije eso más alto de lo que debía, y causé que Tae volteara su vista hacia nosotros.

— No lo sé, eso fué lo que dijo. — Entonces soltó mi brazo y se fué.

Nuevamente tenía muchas cosas en la mente y definitivamente no me agradaba que Tae estuviera en la lista.

No me quedó más que entrar en la barra y saludarlo

— ¡Hola, Tae!

— Mi Suk, buenos días. — Dijo, apoyando su cuerpo sobre la barra a un lado de mí, mientras yo lavaba mis manos

— Buenos días. ¿Como has estado?

— Bien, ¿Y tú?

— Excelente.

Me sonrió, estableciendo una línea delgada con sus labios. Mis ojos se dirigieron a ella y luego a mis manos. Tae se fue de ahí para apagar la moledora del café.

Me quedé pensando en dónde lo había visto, no podía recordar haber establecido una "conexión con él"

Si él hubiera sido un cliente frecuente lo recordaría, o Jimin, o Zandra. Pero al parecer, solo "Estableció una conexión conmigo".

— Si sigues frotando tus manos con esa fuerza, se te caerá la piel... — Alzó la voz, sacándome de mis pensamientos.

No podía tener esa duda.

— ¿Me conoces de algún lado? — Pregunté, y me di cuenta que Jimin se topó la frente con la palma de su manoa lo lejos.

— Del trabajo. — Respondió.

— Además del trabajo, ¿Nos hemos visto de algún lado?

— Una vez en un bar, y en alguna ocasión te ví por ahí, pero nunca te hablé. — Dijo todo eso sin censura, como si ya estuviera esperando que yo preguntara — No hablo con extraños.

— N-no..

— Oh, y vine aquí unas tres veces con una chica. — Hizo una pausa — M-mi chica. — Luego de verse quebrado por dos segundos, regresó a su sonrisa cuadrada y ahí lo supe.

— ¿Eres el chico de "Esto es solo el comienzo, mi amor"? — Entrecerré los ojos, haciendo memoria.

— "Esto es solo el inicio del día, amor" — Corrigió.

— ¿Eres tú, el coqueto de la sonrisa cuadrada?

— ¿Coqueto?

— ¿Que haces aquí? — Me reí con él

— Bueno, — Se rió — es una larga historia pero...

La campana de la puerta sonó y ambos volteamos a ver, era Yoongi.

Me giré hacia Tae para pedirle un momento, y luego de eso me dirigí hacia Yoongi.

— ¡Hola, Yoongi! — Me di la vuelta a la barra y cuando lo tuve frente a mí, tomé con mis manos su rostro y le di un beso, sin importar quién nos viera o no.

Noté que Yoongi volteó a ver a Tae durante el beso pero eso no me importó.

Rompí la cercanía para preguntar si quería que yo preparara su café, respondió que sí y entonces regresé a mi puesto para hacerlo desde cero.

El ambiente se sintió tenso.

Tae se dió la vuelta, dándole la espalda a Yoongi pero aún se dirigían miradas pesadas a través del espejo enorme que abarcaba la pared entera.

Cuánto el café estuvo listo, le puse la tapa de platico y la sellé. Tomé una orden de galletas de nuez y nuevamente fuí hasta el para entregárselas.

— ¿Podemos hablar un momento afuera, Mi Suk? — Dijo Yoongi. Yo asentí.

Al salir su seriedad casi desapareció y su semblante se aligeró.

— Esta noche quiero invitarte a cenar con mi familia. — Tomó mis manos y besó una de ellas — Les diremos de nuestro compromiso, les alegrará la noticia.

— Claro, ¿Pasarás por mí?

— Sí, a las 7:00 pm.

Asentí y le di un beso. Me despedí diciendo que ya debía entrar y trabajar. Entendió y se retiró sin tocar el tema de Tae.

— Es un poco celoso, ¿No crees?

— Sabe lo que tiene y lo protege. — Contestó Jimin.

— Eso cansa. — Refutó Taehyung — Todo en exceso es contraproducente.

Yo hice como que no escuché eso y seguí con mi actividad.

Luna y Estrella 💫 Min Yoongi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora