Siete

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(...)

Cuando toda la cómoda estaba ordenada Harry me miró, revolviendo sus dedos juntos con nerviosismo. "Preferiría que me esperaras aquí mientras hablo con mis padres"

Mi rostro mostraba sorpresa, tampoco esperaba acompañarlo, pero su tono de voz y la manera en que las palabras salen de su boca demuestra que algo realmente malo pasa en la relación de Harry y sus padres.

Harry ve la expresión en mi rostro y se apresura a añadir. "No tiene nada que ver contigo es solo que... ellos son... algo diferentes y no quisiera que pasaras un mal rato por alguna cosa que puedan mencionar"

De alguna manera sentí que el trasfondo de esas palabras demostraba algo que decía como Esa es la razón por la que nunca te invité a mi casa a conocer a mis padres. Quizás en realidad ellos eran tan horribles como el rizado los hacía ver... o tal vez... el problema no eran sus padres, ni sus amigos, ni la gente cercana a él que nunca me presento, quizá el problema era en quien se convertía Harry cuando estaba cerca de esas personas. Yo lo había presenciado de primera mano, como aquel chico dulce, algo tímido, sonriente, hablador, divertido y amable se convertía en la antítesis de sí mismo, en alguien serio, hiriente, agresivo y maldito.

Quizá Harry no quería que presenciara su conversación con sus padres simplemente porque no quería que lo viera convertirse en aquella persona que me lastimó. Lo que él no sabía era que no había necesidad de ver aquella faceta de él de nuevo, pues vivía en mi memoria día a día y aunque desde que nos reencontramos el solamente ha sido bueno conmigo, eso no evita que pueda ver través de su verde mirada aquellos mismos ojos que me quitaron la vida de a poco.

Yo solo asentí a sus palabras, él pareció satisfecho con eso porque soltó el aire retenido en sus pulmones y salió de la habitación con un simple "Ya regreso".

(...)

El cielo afuera ya estaba completamente negro, aunque aún faltaban diez minutos para que el día marcara la primera hora de la noche.

Harry había dejado la habitación hace cinco minutos, pero se sentían como años, por alguna razón mi mente estaba carcomiéndome con curiosidad. Mis pies se movían en el piso pataleando con rapidez, necesitaba bajar hasta la sala. Era un sentimiento inexplicable. Algo dentro de mi cabeza necesitaba saber cómo eran los padres de Harry, ya había visto a su mamá, pero jamás había conocido a su papá. Quería saber si eran tan terribles como Harry los describía, si era verdad el motivo por el cual jamás me llevó a su casa, quería ver quién era él con sus padres, de que cosa tan importante hablarían con él. La verdad era que después de todo no quería entrometerme en la vida de Harry, pero si esta iba a ser la última oportunidad que iba a tener para conocerlo entonces quería saber más allá de cuál era su banda favorita o qué hacía en su tiempo libre.

Sabía que era una terrible idea, pero el pensamiento de que los padres del rizado no iban a ser capaz de verme me relajo un poco. Sabía que tenía que ser cuidadoso para que Harry no notara mi presencia, pues no quería empezar alguna clase de pelea con él por no escuchar sus palabras, pero decidí arriesgarme y salí de la habitación comprobando que ningún empleado de la mansión viera la puerta abrirse sola.

Una vez fuera decido tomarme unos segundos antes de caminar a las escaleras. La casa era grande, pero tampoco era muy posible perderse. El recorrido que Harry y yo dimos esta tarde de la sala principal a su habitación me ayuda a guiarme a través del lugar y cuando un par de voces que parecen pertenecer a un hombre y una mujer adultos se escuchan a lo lejos sé que estoy por el camino correcto.

Las voces se hacen cada vez más claras, pero aún no puedo identificar de qué se trata la conversación. La luz se vuelve intensa cuando por fin llego al borde de la pared que divide el pasillo de la puerta de entrada y la sala principal. Mi cabeza se asoma solo un poco, y mi cuerpo entero se relaja cuando noto que Harry está sentado en el sillón pequeño de espaldas a mí, mientras que sus padres están juntos en el sillón contiguo. Si es que ellos fueran capaces de verme seguramente ya habrían notado mi presencia pues ahora sus voces son claras y las figuras de los padres de Harry son completamente visibles y están sentados justo frente a mí.

Goodbye, LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora