Goodbye, Louis

Ocho

(...)

El padre de Harry parece satisfecho con las palabras de su hijo y con un firme asentimiento sale de la habitación cerrando la puerta detrás suyo. 

El rizado parece soltar el aliento retenido en sus pulmones en un fuerte suspiro y yo me hallo en una esquina simplemente mirando al piso. Las últimas palabras de Harry resuenan en mi mente, y aunque sé que dijo aquello para complacer a su padre no deja de ser doloroso, como todas aquellas veces que soltó palabras hirientes contra mí.

"Louis... yo..."

No dejo que termine mientras niego con la cabeza. "No es necesario que digas nada. No es la primera vez que te refieres a mí de esa manera, creo que me he acostumbrado" De mi boca sale un bufido sarcástico y el rostro de Harry está contorneado en una mueca triste.

El ojiverde cierra sus ojos y toma una bocanada grande de aire antes de continuar. "Quisiera... solo..." Las palabras parecen no lograra salir de su boca y yo simplemente lo miro. "Quisiera algunas veces cambiarlo todo, cambiar... mi vida, mi familia y mis amigos. Cambiar quien soy y... cambiar lo que te hice... pero no puedo hacerlo y tengo que vivir a diario con la idea de que jamás podré ser la persona que necesitabas... yo... ya no sé cómo decirte que lo siento, no creo que jamás me perdones, pero... al menos quisiera que comprendieras..."

Trago en seco. Pequeñas lágrimas caen por mis mejillas y me sorprendo al sentir la humedad recorrer mi rostro. Hace tiempo que no sentía nada que no fuera el toque suave de los dedos de Harry contra mi piel. "No... no sé qué es lo que quieres que comprenda"

Harry me mira. Me mira realmente. Me mira de la manera en que solía verme cuando sus dedos tocaban mis caderas y su frente chocaba con la mía, no con lujuria, si no con una especie de deseo por fundirme conmigo y quedarse a mi lado para siempre. Después de que esas mismas manos me lastimaran pensé que la forma en la que me veía era solamente producto de mi mente y corazón que rebosaban de emociones. Pero ahora... ahora que lo veo mirarme de nuevo de aquella manera, pienso que quizá dentro de él existe, aunque sea un ápice de amor hacia mí. 

Harry quiere decirme algo, lo veo abrir su boca y cerrarla de nuevo, pero al final decide callar lo que está en su mente y simplemente suelta un doloroso "Nada... olvídalo"

No puedo olvidarlo y creo que quizás durante días me persigan sus palabras. 

Harry parece incómodo y mira alrededor como buscando algo. "¿Tienes hambre?" Es lo único que dice y por un segundo tengo ganas de sonreír por su rostro confundido, como si no supiera si los fantasmas comen o no.

"En realidad, no creo que pueda comer... estoy muerto" Las palabras retumban en la habitación y por algún motivo ya no suenan pesadas o fuertes, en su lugar hacen que una sonrisa cruce mis labios y sin saber porque suelto una carcajada. El rizado me mira sorprendido, pero después de unos segundos no puede evitar contagiarse y reír también. Los hoyuelos en sus mejillas se marcan y es entonces cuando me digo a mí mismo que si esta es la última oportunidad de pasar un tiempo con Harry entonces dejaré de lado mi dolor y me dedicaré a admirar esos hermosos hoyuelos que adornan su sonrisa. 

"No tengo hambre, no puedo sentir nada parecido al hambre en realidad, así que no te preocupes por ello" Digo finalmente. Mi tono está más relajado y hace que Harry se sienta más tranquilo. 

"¿Tú... puedes dormir?"

Le digo que no estoy seguro pero que no me siento cansado para nada entonces quizás no pueda hacerlo y finalmente me pregunta si prefiero pasar la noche en el cuarto de huéspedes que está junto a su dormitorio para mi comodidad. En realidad, no quiero estar solo, pero Harry parece necesitar un poco de espacio para pensar entonces asiento y lo sigo hasta la habitación mientras el rizado revisa que nadie lo vea divagar solo por los pasillos de la casa.