Goodbye, Louis

Uno

No fue doloroso. 

Por supuesto, cuando pase las cuchillas por mis muñecas dolió, pero mientras la sangre desparecía a través del sifón de la ducha y mi alrededor se nublaba, lo único que podía sentir era paz. La opresión de mi pecho que no me había dejado por semanas desapareció junto con todo mi entorno.

Ahora, mientras miraba a Harry a través de la pequeña ventana en la puerta del salón sentía que la opresión volvía. Se suponía que una vez muerto descansaría en paz, que no tendría que volver a sentir este dolor nunca más, pero al parecer hasta dios tiene a sus favoritos y tal vez es cierto que odia a los malditos maricas. 

El timbre suena tan fuerte que salto del susto. Las puertas a mi alrededor se abren y los estudiantes se acumulan en el pasillo, por un segundo tengo miedo que alguien me vea, pero cuando las personas empiezan a atravesarme sin siquiera notar mi presencia otra lágrima resbala por mi mejilla. 

Mi respiración se corta cuando Harry sale del salón seguido por sus amigos del equipo, está guapo como siempre, pero hay algo en su semblante que parece opaco. Todos los chicos a su alrededor hablan y ríen, pero el rizado parece tener la mirada perdida y estar lejano a la conversación. 

Se detiene a la mitad del pasillo mirando a un punto en particular y encara a sus amigos. "Voy en un rato, adelántense" dice mientras sus compañeros asienten y se retiran sin cuestionar su decisión. 

Mi corazón se detiene... metafóricamente hablando, cuando Harry camina hasta el que solía ser mi casillero, que ahora está rodeado de fotos mías, flores y mensajes de condolencia. Saca un marcador rojo de su maleta. Mira a todos lados esperando que los pasillos se vacíen y cuando por fin se encuentra solo le quita la tapa al marcador con la boca y comienza a escribir algo en la mitad del casillero. 

Estoy algo ilusionado, tal vez se va a tomar el tiempo de dedicarme un mensaje bonito. A pesar de que seguramente no pondrá su nombre, pero no importa porque yo sabré que es él. Probablemente al fin y al cabo si le importo, aunque sea un poco. Harry termina de escribir y mira sus palabras con los ojos llorosos, luego suelta el marcador al piso y se va arrastrando sus pies hasta la cafetería. Me acerco hasta el casillero y siento la maldita opresión nuevamente colarse entre mi pecho y herirme.

Con marcador rojo y en mayúsculas, grande y a la mitad de todos los mensajes bonitos de los estudiantes está escrita la palabra "Marica". ¿Porque tenía que hacerlo? ¿Porque herirme si ya estoy muerto? 

Intento controlar el dolor cerrando los ojos y contando hasta diez. ¿Como pude esperar algo de Harry? ¿Cómo pude esperar algo de la persona que más me ha lastimado en la vida? 

Cierro los ojos y a mi alrededor los casilleros se abren brutalmente. Respiro. Miro a todas partes asustado intentando comprobar que nadie me ha visto lo que sucedió. La única persona parada en el pasillo es el conserje, que barre con audífonos puestos dándome la espalda sin idea de lo que pasa detrás suyo. 

Trago en seco y pongo mis pies en marcha fuera de los pasillos hacia la cafetería para buscar a Hannah. Cuando paso a lado del único hombre en el corredor, este ni siquiera se inmuta. Mientras me voy escucho a lo lejos un molesto gruñido acompañado de la frase "malditos niños" mientras recoge los papeles y cuadernos que se cayeron al piso. 

Mientras camino con la mirada gacha recuerdo, temblando por el frío, que deje la nota de suicidio en la cocina, espero que mi madre la haya encontrado... mi madre, ojalá la noticia no la destrozara. 

(...)

Cuando atravieso la puerta de la cafetería el ruido y la luz me atormentan. Las personas que pasan sobre mi provocan que pierda el balance y me caiga al piso. Mi cuerpo entero quema y tengo unas ganas terribles de llorar.