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Todo estaba saliendo mejor de lo que esperaba. Por un momento me sentía libre, hasta que vi como Ally llevaba en sus manos la mochila que tenía preparada para irme esa noche. De nuevo el miedo se apoderó de mí y en un segundo, caí al suelo. No tenía tiempo, tenía que irme de ese lugar, así que a pesar de que apenas podía caminar, salí de ahí. Tomaría la salía de emergencia detrás del estudio y trataría de escapar antes de que Ally pudiera detenerme.

-No creo que llegues muy lejos en tu estado.

-...Necesito que me ayudes a salir de aquí.-En sus ojos parecían formarse lágrimas.

-¿Estás en problemas?

-Te lo suplico.

No tenía idea de lo que sucedía pero sabía que estaría segura conmigo, ambos lo sabíamos. Estábamos cerca de la salida de emergencia así que supuse que ese era su plan y como si pudiera leer mi mente, asintió. La tomé entre mis brazos y nos apresuré a la puerta que detonó una alarma al abrirse. Habíamos dejado una conmoción dentro, una que nos había dado tiempo de llegar al auto donde Max esperaba.

-Llévanos a casa.-Le pedí.

Abel simplemente permaneció en silencio al igual que yo durante todo el camino. Sabía que el no entendía lo que sucedía pero después de todo había decido ayudarme.

-Abel yo...

El se negó con la cabeza. No quería escucharme.
Al llegar a su casa, Abel y el hombre que conducía bajaron del auto para después intercambiar unas palabras y despedirse.

-¿Vienes?-Dijo abriendo la puerta del auto ofreciéndome su mano para ayudarme a salir.

-Sé que quieres saber porque salí de esa manera y...

-Te llevaré adentro y puedes darte un baño. Te llevaré algo de ropa limpia y llamaré alguien para que revise tu pierna.

-Abel...

Me ignoró por completo y tal como dijo, me tomó entre sus brazos y me dejó sobre la bañera en su habitación.

-Si necesitas ayuda estaré afuera.

Se marchó cerrando la puerta detrás de él y con dificultad logré deshacerme del brillante traje que aún vestía y esperé sentada a que la bañera se llenara. Después de un largo rato Abel llamo a la puerta y entró lentamente cubriendo sus ojos y dejó una toalla y algo de ropa cerca de mí para luego desaparecer. Salir de la bañera era extremadamente doloroso y había regado agua por todas partes en mi intento por hacerlo.

Había llamado a mi doctor de cabecera mientras esperaba por _____. Fuera de la nada escuché un  golpe venir del baño y luego a ella llamarme desesperada. De inmediato entré y la encontré desnuda en el suelo, llorando. Era evidente que no estaba bien.

Había resbalado pero no lloraba por el dolor en mí tobillo que ahora era peor, si no porque mi plan no había funcionado, ahora me encontraba así, y era humillante. Abel no tardó en responder a mí llamado y al encontrarme en el suelo se apresuró a tomar una toalla con la que me cubrió de inmediato. Parecía no saber que hacer pero podía ver como luchaba con mantener la calma. Siendo extremadamente cuidadoso me tomó entre sus brazos aunque eso implicó que el mojara su ropa en el proceso. Me llevó hasta su cama donde me recostó. Se sentó junto a mí y yo no pude evitar seguir llorando. Él solo acarició mi cabello empapado hasta que logré tranquilizarme.

-Sé que no es un buen momento pero el médico está en camino...¿puedes vestirte?

Ella cubrió su rostro con una almohada y decidió no responder. Jamás me he considerado alguien paciente, parte de quiere decirle que no era momento de actuar como una niña, después todo sí estaba en problemas era porque ella se había metido en ellos. Pero verla tan vulnerable me obligó a ponerme en su lugar.

-Si no lo haces tú, tendré que hacerlo yo.-Le dije creyendo que optaría por escuchar pero solo tomó la almohada junto a la mía y me la arrojó al rostro.-Lo siento.

Escuché como Abel caminaba hacia otra parte de la habitación y sin retirar la toalla de mi cuerpo comenzó a colocarme uno de sus holgados pantalones. Parecía no querer tocarme.
El Doctor Williams llamó para avisar que esperaba afuera y la voz de Abel se tornó más seria.

-Escucha, el doctor Williams estará aquí en un minuto y eso es exactamente el tiempo que tiene para terminar de vestirte.-Salió de la habitación no sin antes dejar una de sus camisas junto a mí.-Un minuto.-Reafirmó.

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