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❝𝘗𝘦𝘳𝘧𝘪𝘥𝘰❞

Tenía problemas en ser yo misma, por mis propios impulsos...

A veces no podía controlarme del todo, eso se me dificultaba, pero actualmente valían la pena, o eran sumamente necesarios y útiles. No justifico lo que hago, pero era una situación que me tenía sujetada, lo suficiente para no pensar con claridad. Estaba en juego algo importante, que no sería capaz de revelar, no estaba preparada.

La hoja estaba en mi escritorio, mientras que en él varios lápices se encontraban dispersos, pero el que utilizaba estaba entre mis dedos, uno rojo, que se encargaba de tachar cada cosa que era redundante, en simples explicaciones; lo innecesario, en este caso, los nombres que no empezaban por aquella letra que me tenía desesperada...

«¿Que nombre podría contener aquella letra?».

Lo único que se escuchaba en la habitación era el sonido del fibron siendo pasado por la hoja. Otro nombre había sido descartado, y ya comenzaba a agobiarme, no podía ser que llevaba diez y ninguno contenía esa letra, como en su apellido y nombre, es como si las posibilidades se me estuvieran cerrando en la cara consecutivamente. De nada había servido robar el listado...

En clases había pedido devolver el listado y llevarlo a dirección, a lo que afortunadamente no me negaron, solo tuve que sacarle fotocopia y devolverlo, nadie me había notado, el único que sí, era Arty, quien no era raro. Desde que nos distanciamos, siempre anda mirándome, como si pudiese descubrir algo, cuando no sabe qué tipo de magnitud tiene esto

—¿Quién le pone un nombre con esa letra a su hijo? —me repregunte a mí misma sin encontrar algo referente a lo que buscaba.

Quise marcar algo, pero a los segundos la hoja fue deslizada hacia arriba, provocando que la rayara de forma accidental, alguien la había tomado, y eso me hizo estar cabizbaja. No podía ser, cuando estaba tan cerca, se me arrebataran las cosas de la mano, literalmente.

La vergüenza me sucumbió de forma casi eterna, haciendo que no pudiera levantar la mirada, más al notar que aquella tela oscura estaba tocando el suelo de mi cuarto. Esto estaba mal, realmente mal...

—Al parecer, si, mi madre es la que tiene esas ocurrencias —contesto mi anterior pregunta, mientras escuchaba el sonido de la hoja siendo volteada —. Esto luce divertido, y muy extraño...

Percibí su cercanía, cómo ocupaba lugar para sentarse a mi lado. El calor que su cuerpo trasmitía era raro cuando su piel estaba tan fría.

—Dime que te enseñaron a no robar cosas, porque no quiero tener una charla sobre tus malos modales Kya—comento divertido. Sentí sus ojos posarse sobre mí, tratando de buscar que correspondiera su mirada —. Aprende a mirarme cuando estoy hablándote.

Su dedo índice y pulgar sostuvieron mi mentón, obligando a que lo observara, y cuando lo hice, elevo la comisura de sus labios. Yo no cambiaba mi postura, seguía siendo rígida y distante.

—Exactamente así...

—¿Qué quieres? —pregunte corriendo mi rostro, notando un grave regodeo en su rostro.

Algo que sabía de él, era que cuando merodeaba cerca mío, nunca era casualidad, o solo andaba de pasada, más cuando llevaba su túnica tapando parte de su rostro y cuerpo. A veces no hacía falta saber mucho para distinguir sus actos, solo era un habito, algo desordenado y descortez como para escabullirse por mi cuarto sin necesidad de una invitación.

—Principalmente entender tus acciones—empezó mirando los nombres en aquella lista en sus manos—. ¿Por qué robas la lista?, no son cosas que hacías.

Entre Las Sombras [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora