Plan En Marcha

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Desperté en mi cuarto con Lili que dormía encima de mí. Muy cómoda la maldita.

Traté de levantarme despacio para no despertarla, pero recordé que ella duerme como tronco, así que sin importarme si despertaba o no, salí de la cama caminando hacía la cocina.

Al llegar me encontré a Joan sentado tomando café y con notables ojeras.

¿Acaso tenía resaca?

—Joan, ¿No dormiste? — quise saber. Así que me senté a su lado, y me serví una taza de café. — Pareces un zombie salido de The Walkind Dead.

—Por si no lo recuerdas, consumieron una mierda que por lo que veo no surgió un gran efecto secundario en ti. Pero las dejo sin neuronas y con mucha imaginación. — musitó. No hable para no interrumpirlo. Y tenía razón, no me levante o algún síntoma de la resaca, y creo que dormí como un bebé. También, no consumí una gran cantidad de alcohol, solo que no me acuerdo de una mierda de lo que paso — Bueno, el caso es que al llegar a casa tu te dormiste en el carro  y Lili no paraba de hablar, y como buen amigo que soy te lleve a dormir a tu cuarto mientras trataba de dormir al demonio que se hace llamar tu mejor amiga.

—Gracias — agradecí levantándome para darle un beso en la mejilla—. Se que nos amas, cariño.

Si qui nis imis ciriñii

Le dedique una mirada de ni te lo crees tú mismo.

¿Acaso se puede hacer eso?

Me encogí de hombros mentalmente.

—Vale, si las amo, pero eso no quiere decir que no voy a vengarme. — sonrió maliciosamente.

Mierda.

Cagaste

[. . .]

Todo el Fin de semana se resumió en: dormir, comer y hacer tareas.

La vida es un asco. Necesito una vida como de los adolescentes en películas. Los fines de semanas de ellos es mayormente, sexo, alcohol y diversión. De remate salen con un super promedio.

En fin, odio los lunes. Eso de levantarte temprano para ir a estudiar no me anima mucho y dudo que a alguien sí.

Logre vestirme sin quedarme dormida y camine a la cocina en busca de algo comestible. Como siempre no encontré a mamá o papá, rara vez los encontraba aquí, siempre andaban ocupados en ellos mismos, y no en el mal sentido como si no les importará, pero prefieren darle espacio a una casi adulta, ósea, yo. 

Por un tiempo pensé en mudarme a un departamento, pero mis papás me dieron la opción de quedarme aquí, ya que ellos casi nunca se encontraban aquí, acepte la propuesta, aunque no descarto la opción de mudarme. Es una de mis metas, y la pienso cumplir.

Al final tome unas galletas Oreo —lo mejor que pudo existir— y un jugo de uva.

Agarré mi bolso y me fui directo a la cochera por el auto. Maneje hasta la universidad, llegando me baje del auto en busca de Lili y Joan.

Se encontraban en la cafetería, Joan comiendo —como siempre— y Lili estudiando, supongo. Me senté junto a mi querido Joan dejando mi bolsa aun lado.

—La semana de exámenes es un asco. — bufo Lili.

—Mi consuelo es que la graduación esta cerca y el invierno también. — musito mi amigo.

—Concuerdo con Joan, pero con respecto a lo que queda de clases, la mayoría son con Luther. —hice una mueca.

—¿No creen que hay algo raro con ese chico? Entro en el ultimo año de la Universidad cuando casi esta por acabar.

ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora