Buenas Noches

|13| Una Señal - Prejuicios

8 de agosto/2016

No debió haber leído eso. Definitivamente, debió quedarse con la duda de cuál era la conclusión a la que llegó Lisa con sus escritos. ¿Cuál era la necesidad de seguir leyendo más allá de su nombre? Ahora tenía que enfrentarse a las consecuencias.

—A ese paso, te vas a quedar calva.

¿Qué habría pasado si le hubiera dicho la verdad a Lisa? ¿Si le decía que sí lo había leído? ¿Lisa le diría la verdad? ¿O haría como si no hubiese pasado nada? Dios, pudo haber tenido tantas reacciones, y se decidió por mentir y hacer como si no lo hubiera leído, ¡cuando sí lo hizo!

"¿Sería ella?"

—Mierda.

—¡Jennie!, deja de jalarte el pelo así —la regañó Jisoo—, eso no nos ayudará a aprobar francés.

Jisoo llevaba exactamente media hora sentada en esa silla, rodeada de libros en un idioma que se supone debe entender, con una persona que se supone es muy estudiosa, para, de nuevo, supuestamente estudiar. Treinta minutos viendo cómo Jennie golpea su cabeza contra la mesa y susurra cualquier estupidez que pasa por su mente. Realmente no tiene idea de si será bueno preguntar o no.

Rosé dijo que se pone rara en época de exámenes, pero no creyó que fuera para tanto. Después de todo, en las clases siempre se comporta.

—Unnie... estoy en problemas —Jennie habló en coreano con una voz cansada, haciendo que Jisoo alzara una ceja y se acercara poco a poco.

—¿Solo hablas coreano cuando te conviene, verdad?

—Creo que arruiné todo.

—Sí, algo está mal con tu cabeza, pero no lo arreglarás golpeándola. —Tomar todo como una broma fue algo que aprendió de Lisa, y realmente no estaba poniendo mucha atención en ese momento, pero bastó con la cara decepcionada de Jennie para hacerla maldecir entre dientes—. ¿Y ahora qué pasó? Hace nada estabas muy feliz.

—No sé si puedo decírtelo.

—¿¡Entonces para qué me lo mencionas!? —dijo en un grito ahogado—. Ahora te toca decirme.

—¿Prometes no decírselo a nadie? —preguntó Jennie. No tenía planes de que todo recorriera el internado, tenía que ser más discreta que nunca—. No puedes decirle ni siquiera a Rosé.

—¿Por qué? ¿Mataste a alguien? Si es Krystal, no te culpo.

La morena miró a su alrededor en busca de otra persona en la biblioteca, no había nadie ni lo habría, la biblioteca siempre está vacía. Raramente Jisoo decidió ir a ese lugar para estudiar.

—Tuve... tuvimos, Lisa y yo... ay, no sé cómo explicarlo —se frustró por no poder decir abiertamente lo que pasó o mencionar lo que leyó. Probablemente era la primera vez que se le dificultaba hablar—. Lisa no sabe que leí algo que no debí leer. Y fue muy incómodo, así que le mentí...

—No te entiendo nada, háblame con manzanas.

—Lisa escribió sobre mí en su diario, yo lo leí, pero le dije que no lo leí y ahora no sé cómo decirle que en realidad sí lo leí.