Elisa 03

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08 de junio 2030

-Recuerda las recomendaciones-Dice del otro lado del teléfono mi doctor.

Me acomodo en el asiento del taxi y le doy al señor la dirección en un papel.

Mi hermano Robert no pudo venir por mí al aeropuerto, después de viajar toda la noche para llegar en la mañana a los Ángeles.

-Las sé.-Murmuro, recordando de memoria cada indicación.

-Debes volver Alemania dentro de 8 meses.-Vuelve a recordarme y casi quiero sonreír de la irritación.

-Lo sé.-Vuelvo a decir, guardando la calma

-Siempre me dices lo mismo, debes cuidarte para...

-Para vivir más tiempo, lo sé, mejor amigo.-Lo interrumpo divertida.

-Soy tu médico, Elisa, respétame.-Dice en el mismo tono

Él piensa que no me tomo esto con responsabilidad, pero si lo hago, solo quiero vivir lo que me queda

-Claro, claro, ya llegué bye hasta nunca.-Mascullo

Cuelgo, y le pago al taxi.

Me adentro nuevamente a mi departamento uno que no veo hace algunos meses.

Está limpio, mi hermano enloqueció cuando le mencione que regresaba.

Y en parte es por él, pero también quiero ver a Gabriel, un niño que ha robado mi corazón además de Alessia que tuvo a Ana hace poco, y muero por conocer a esa muñeca que solo he visto por fotos.

Antes de entrar a darme una ducha, escucho como la puerta se abre.

-Zorra- Dice a lo lejos y cuando sus ojos se conectan con los míos sonríe.

-Idiota-Canto por lo bajo.

Me mira y traga saliva

- ¿Cuánto tiempo estarás molestándome?-Masculla como si nada

-Unos 8 meses-Digo y él se acerca a darme un abrazo, nos quedamos así por un buen tiempo hasta que falta la respiración.

-Por lo menos es más tiempo ¿no? -Se separa sin dejar de abrazarme, notando sus ojos rojos y lagrimosos.

No quiero hacerlo sufrir.

-Dijo que el tratamiento es muy demandante, que debo ir a un lugar como el campo y que, lo más probable es que me tarde más tiempo en recuperarme. -Mascullo, sé que mi doctor lo mantiene informado, pero le gusta que yo le diga todo.

Una vez le mentí, y no lo volveré hacer.

-Bien, estaré contigo. -Determina y yo niego con mi cabeza.

-No. -Le doy peso con mis palabras

-Eli. -Intenta negociar como siempre.

-No, Robert toda tu vida has estado conmigo-Empiezo hablar y él se aleja de mí caminando por toda a estancia.

-hasta cuando ibas a la universidad pasabas los fines de semana conmigo, recuperaste tu vida cuando te casaste con Sara, ya hemos hablado de esto, no quiero que sigas a mi lado, he pasado por esto desde que tengo uso de razón, yo puedo. -Determino y el me mira.

Sabe que tengo razón, merece vivir.

-Elisa, eres mi hermana, Sara comprenderá que me debo ir...

-No, no quiero que nadie se entere.

Que me tengan lástima, jamás.

-Esa cicatriz entre tus pequeñas casi inexistentes tetas no dice otra cosa. -No puedo evitar rodar los ojos, siempre me dice lo mismo.

- ¡oye! Soy tu hermana-Me hago la enojada, pero los dos sabemos que no es así-Todos ya han visto mi cicatriz y ya he dicho lo que me sucedió, además no uses ese argumento tan viejo.

-Tenía que intentarlo. -Se encoge de hombros, sentándose en mi sofá-es lo más genial de aquí, le da el toque con su color borgoña

-Pues que mal te ha salido, me voy a dar un baño espérame. -Le saco la lengua y mi hermano tan maduro me saca el dedo del medio.

[...]

-Woo, me estás robando y te compraste esta casa-Hago mención, a que maneja las finanzas de mi empresa.

-Por supuesto...-Dice nuestro humor es negro y por ello nos llevamos bien.-No me pagas y quieres que te trabaje de a gratis.

Río a carcajadas mientras estaciona el auto

-Esta casa es del hermano de Alessia-Dice saliendo y luego lo veo abrirme la puerta.

Quizás decidí colocarme unos tacones altísimos, con un vestido que deja toda mi espalda al descubierto.

A pesar de ser una fiesta infantil.

Entrelazo nuestros brazos para caminar por el camino de piedras que lleva a la entrada principal de esta hermosa casa

-No te agrada, acaso- me dedica una mirada y no me dice nada.

No le agrada.

Cuando llegamos y mi hermano toca el timbre una señora muy amable nos invita a pasar.

En el jardín están todos, solo faltábamos nosotros.

Gabriel corre hasta a mí y yo lo tomo dándole un fuerte abrazo.

Saludo a todos los presentes, y cargo a la pequeña Ana.

-Pero que bebe tan hermosa...-acaricio con mi dedo índice su nariz y mejillas.

-Se parece a ti-Digo mirando a Alessia la cual me da una sonrisa grande, haciendo que brillen sus hermosos ojos verdes.

-Gracias por estar aquí, y ¿qué tal Alemania? -Pregunta, nos hemos vuelto junto con Lucía y Sara muy amigas.

La miro por un largo tiempo y agradezco la interrupción de su esposo Felipe, para entregarle a Ana e ir a coordinar la fiesta, ya que me encargue de todo.

Menos de decorar

¿Y ahora que digo de Alemania si solo conozco el aeropuerto y el hospital?

Mirando a mi alrededor observo a todos hablar entre sí y me encanta este ambiente.

Veo a un hombre rubio de cabello largo recogido, sus ojos no los identifico porque esta de espaldas, hablado con Alexander, esposo de Lucía, los dos vistiendo con un traje.

Empieza a caminar y noto una leve cojera, pero eso queda en segundo plano cuando se da media vuelta y nuestras miradas se cruzan por un microsegundo para luego ignorar mi presencia completamente.

Me encanta

Que hombre tan hermoso.

Solo tuve un novio y eso fue en mi estancia en el hospital, mi vida se basa en eso.

Sé mucho, pero ser médico ya era condenarme a pasar toda mi vida en ese lugar.

-Eli ya está el almuerzo-Robert me mira y yo lo sigo.

Nos sentamos todos en la mesa y hay un silencio incómodo que lo interrumpe Alessia con su pregunta.

- ¿Elisa, qué tal Alemania? -Siento como una mirada en particular se fija en mí.

Tenía que ser la de él, evito mirarlo y me concentro en Alessia entornando hacia mi hermano quien alza las comisuras de sus labios, en una burla interna.

Idiota

Me remuevo algo incómoda.

¿Ahora que digo? 

De regreso al inicio. (Saga Italiana #3).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora