Sebastián 02

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02 de junio 2030.

-Le encanto, dice que no espera la hora de ir a sus clases de nado para estrenar los implementos que le regalo su supertío -Ríe del otro lado mi pequeña hermana.

Amo escucharla reír y más aún que a mi sobrino le gustara mi regalo.

-Es bueno saberlo pequeña, y Ana ¿cómo está? -Pregunto al mismo tiempo que llevo un pedazo de fruta a mi boca.

Nana desayuna a mi lado, pero parece como si no estuviera aquí.

Debe estar pensando en el hombre ese.

-Esta niña solo come y duerme, no vas a preguntar por mí, que clase de hermano eres Sebastián-Me riñe

- ¿Qué tal, hermana? -Pregunto haciéndola reír y yo lo hago al mismo tiempo.

Pocas veces rio, y se siente extraño.

Pero es normal o eso dice el psicólogo que me trata desde hace ya varios años.

-Muy bien, gracias por preguntar, oye Felipe me comento...-La interrumpo antes de que siga, porque sé muy bien a que se refiere.

Ese chismoso.

-Ahs-Gruño-El idiota y su boca-Digo para hacerla enfadar.

-Dijiste que se llevaban bien. -Me cuestiona y chilla como cuando éramos niños.

-Eso dije, no recuerdo

Obvio si lo recuerdo.

-Que tonto, espero todo vaya de maravilla. -Dice sincera.

Yo también lo espero.

-Gracias, Al.

-No, Gabriel-Escucho que grita- hermano tengo que dejarte-Dice al mismo tiempo que finaliza la llamada.

Nana ni se inmuta cuando dejo mi teléfono y la miro fijamente.

-Porque no llamas a ese estúpido del notario y lo invitas a cenar, a los hombres nos gusta una mujer con iniciativa-Ella me mira y parpadea varias veces ante la información que le acabo de dar como si fuera aun tesoro.

Mujeres

No duda en ponerse de pie darme un beso en la frente antes de ir directo a su habitación.

Veo la hora en mi teléfono y ya voy tarde a la cita donde estará ese hombre con el cual hablaré muy seriamente luego de ver lo del testamento.

Llegando 5 minutos tarde, cosa que odio, los hombres presentes ni se inmutan ante mi llegada.

-Ya estoy aquí-Menciono tomando asiento en el único espacio.

Se encuentran el abogado, el chocolatero, el médico y el notario.

-Ya podemos empezar-Empieza a decir este último.

Se nota feliz, seguro mi nana ya hizo la magia por la sonrisa babilónica que tiene.

Patético.

-Como les mencione la herencia está ligada a la empresa chocolatera del señor Alexander Harrison, que está en quiebra a causa de una deuda, usted Sebastián Harrison Ro...

-Mi nombre es Sebastián Romano, no tengo nada que ver con los Harrison-Replico porque sabe que no me identifico con ese apellido.

Lo detesto.

-Eso no dice su acta de nacimiento señor Romano, prosigo, la deuda no se saldó por ello aumento, deben llegar las dos partes a un acuerdo para el pago, pero para ello el señor debe tomar posesión del viñedo.

-Eso ya lo sabemos, pero nos mencionaba que hay otra parte del testamento que solo se podía leer si estaba el heredero presente.-Menciona el abogado de mi primito.

-Así es-Dice sacando un folio-Esto se encuentra sellado-Dice entregándolo para que nos cercioremos.

-El heredero es el primer nieto ya sea hombre o mujer del señor Manson Harrison, a quien se le atribuirá el viñedo Harrison como herencia, para el reclamo de dicho bien, es necesario contraer matrimonio, único elemento para hacer la entrega.

Todos en la sala me miran y no puedo creer que esa norma tan estúpida esté escrita allí, en que siglo estamos que baratija de novela es esta.

Por lo menos eso dice que el abuelito no era machista.

-Entonces hasta que no me case no puedo acceder a la maldición de viñedo-Digo fuerte sin inmutarme.

-Puede casarse y luego divorciarse-Dice el notario como si fuera la solución más fácil y viable.

-Que solución-Bufo-Hay algo más que quisiera el dichoso abuelo.

-Deberá hacerse cargo de la producción de vino, hacerla rentable, y heredarla a un hombre o mujer Harrison de preferencia sus hijos o sobrinos.

Salgo de allí rápido y llamo a Eduard quien se especializó en leyes, la historia de como termino siendo agente, no la sé.

-Como es posible que se pacte un patrimonio para recibir una herencia. -Digo sin limitarme a saludar

- ¿Hace cuantos años? -Pregunta por la vigencia de dicho papel maldito.

-No sé unos 50 años más o menos-Digo calculando

-Oh, en ese tiempo se podía pedir de todo, lastimosamente desfigurar eso del testamento es un proceso mucho más largo

-O sea que si me tengo que casar-Afirmo.

-Si no quiere perder más tiempo sí.

Pero claro que no quiero perder más tiempo, ahora de adonde saco una esposa.

Yo quien hace unas horas dijo que no quería hijos ni esposa.

Maldito karma.

-Hasta luego Romano-Me dice el notario quien se dirige hacia su camioneta.

- ¿Cuáles son tus intenciones con Estefanía? -Él me mira fijo sin inmutarse por mi pregunta.

-Las mejores, muchacho, no soy un adolescente, no está claro-Dice señalándose al mismo. Debe tener unos cuarenta y tantos.

Nunca se sabe.

-Bien. -Acomodo mi traje dirigiéndome a mi auto.

Estaré atento a cualquier cosa, no permitiré que mi madre caiga por cualquiera, y nunca se sabe que sea un maltratador, eso jamás.

Mi teléfono suena y descuelgo la llamada.

-Hermano, hola, no tenemos donde hacer la fiesta este 8 de junio, me prestas tu casa. -Pregunta mi hermana sin reparo alguno.

Esto no puede ser peor

-Abra desorden. -Afirmo

-¡Sebastián! Obvio sí, pero contrataré el servicio de limpieza no te preocupes. -Soluciona

-No sé, Al. - ¿Cómo le digo que no?

Es tu hermana, pienso

-No seas tonto, nos vemos, los decoradores llegan a las 11 de la mañana, te amo. -Canturrea emocionada.

Acaba de dar a luz y ya está enérgica.

-Yo igual-Digo y ella cuelga.

Gente en mi casa

Tiro mi cuerpo hacia atrás ante la idea, masajeo mi cien, esto será un caos.

Enorme, espero valga la pena.

De regreso al inicio. (Saga Italiana #3).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora