Secreto

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A la mañana siguiente el rubio se levantó dispuesto a ir a su departamento, sabía que no pasaba nada si llegaba un poco tarde al trabajo, pero todavía tenía que desayunar, ducharse y reportarse con Sasori. 

Bajo las escaleras apresurado pero un agradable aroma lo hizo detenerse. 

"¿Qué huele tan rico?" pensó Deidara para después asomarse a la cocina donde su padre ya le tenía listo un enorme banquete. 

-Buenos días mi bebe hermoso, te hice tus platillos favoritos- dijo el mayor pasándole un vaso con jugo de naranja. 

Deidara sonrió y sin tener otra opción tomó asiento aceptando el gesto de su tutor. 

El mayor degustaba su café mientras veía cómo su niño devoraba frenéticamente los platos. 

-Ren, el estúpido de mi hermano dice que deberíamos salir a cenar, ¿que opinas?, hm- comentó el rubio tratando de no ahogarse con la comida. 

-¡Eso sería maravilloso, una noche con los amores de mi vida!- gritó el mayor con mucha ilusión. 

Deidara soltó un suspiro al ver cómo aquellos ojos oscuros se iluminaban. 

"¿Cuando dejara de decir cosas tan vergonzosas?" pensó el chico terminando su comida. 

-¿Quieres que te acompañe a tu casa?- preguntó el creyente esperando que la respuesta fuera "sí". 

-No, tu ve directo al trabajo y por favor trata de no matar a nadie en el camino, hm- 

-Jajajajajaja, de acuerdo, pero eso le quita toda la diversión- al terminar de hablar Ren sintió que había recibido un mensaje, así que sacó su celular para mirar la pantalla y ver de quién se trataba. 

El religioso sonrió al notar que era un texto de Takeo, el cual pedía verlo para tomar café. 

Ren comenzó a escribir su respuesta sin percatarse de las caras que le hacía su niño. 

"¿Con quién demonios está hablando?, esperó que no sea con esa patética comadreja" pensó el rubio queriendo darle otro golpe a su padre. 

Con calma el creyente guardó su móvil para enfocarse en su pequeño, pero este ya le estaba dedicando una mirada asesina. 

-¿Qué pasa con esa expresión?, ¿estás molesto, mi niño?- dijo Ren acercándose con la intención de darle un beso en la mejilla. 

-¡ALEJA TUS APESTOSOS GÉRMENES DE MÍ!- gritó Deidara dándole un fuerte puñetazo en la cara. 

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Ya en el taller, el hombre de ojos oscuros acomodaba unas refacciones, mientras que sus mejores amigos tomaban notas de los materiales empaquetados. 

Aprovechando que el fanático estaba a unos metros de ellos, comenzaron a secretearse.  

-Anoche Deidara me mandó un mensaje, dijo que estaba actuando de forma normal- comentó Kakashi en voz baja. 

-Esos mocosos si que son ciegos, es más que obvio que el imbécil de nuestro jefe está haciendo algo raro- contestó Anko tratando de no ser escuchada. 

-¿Creés que quiera regresar a sus viejos hábitos?- preguntó el hombre de la máscara. 

-No lo sé, espero que no, tardó años en salir de ese hoyo, no podría soportar ver a Ren en ese estado- confesó la chica. 

Pero su plática fue interrumpida por un grito amenazante. 

-¿¡QUÉ ESTÁN MURMURANDO USTEDES DOS!?- Exigió saber el padre del año. 

Ren "El corazón de un demonio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora