Peligro

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Kakashi y Anko llegaron a la parte alta del taller dándose cuenta que el único lugar para refugiarse era la oficina de Ren. 

Ambos se encerraron en el cuarto pero sabían que eso no bastaría para detener a ese demonio. 

-¡Rápido, ayúdame a mover el escritorio!- gritó la chica arrastrando uno de los extremos del mueble. 

Con rapidez el chico de la máscara levantó el otro lado, y así los menores lograron cubrir la puerta. 

Cómo era de esperarse el jashinista trató de tirarla de una sola patada, pero el mueble se lo impidió. 

-¿¡DE VERDAD CREEN QUE ESO ME VA A DETENER!?- gritó el jashinista, ensartando con fuerza la pala y con eso logró romper gran parte de la madera. 

Los chicos retrocedieron, viendo como poco a poco su jefe se abría paso por un desgastado hueco. 

-¡PAR DE IDIOTAS, JURO QUE LOS VOY A MATAR!, ¿¡CÓMO SE ATREVIERON A TRAICIONARME DE ESA FORMA!?- el mayor estaba demasiado furioso como para escuchar a sus amigos. 

-¡No es lo que piensas, por favor tienes que creernos!- gritó Anko tratando de que su jefe entrara en razón pero este la ignoró por completo. 

Kakashi en su pánico giró la cabeza por todo el cuarto para ver que la ventana que daba a la calle era su mejor opción. 

-¡Anko, salgamos de aquí!- pero al momento de quitar el seguro, se dieron cuenta de que se había atascado. 

-¡Esto no está pasando!- la amante de los dangos miró hacia atrás, notando que el creyente ya estaba a nada de entrar. 

-¡Hazte un lado!- y con toda la fuerza que el hombre de cabello blanco pudo reunir en ese momento, logró romper el cristal, permitiéndoles salir.

Los compañeros del creyente, caminaron por la orilla de la instalación, tratando de hallar un punto para lanzarse. 

-Si caemos de esta altura es muy probable que nos rompamos algo- dijo Hatake. 

-Pero si ese idiota nos atrapa, nos romperá nos arrancará la cabeza- señaló Anko notando que a la vuelta había un contenedor con grandes bolsas de basura. 

Mientras tanto Ren ya se había encargado de romper por completo la puerta y con la furia acumulada que tenía volteó el escritorio haciendo que de este cayeran varias de sus posesiones. 

El fanático se apresuró al marco de la ventana para observar cómo sus compañeros saltaban hacia unos desperdicios. 

-¡Nadie escapa de mí y menos unas asquerosas ratas traidoras!- dijo con coraje el mayor para sacar su celular y marcar un número en específico.

Solo bastó con que sonara una vez para que le tomaran la llamada. 

-Jefe, ¿está todo bien?- 

-Los necesito aquí y ahora, cubran toda la zona, estoy en medio de una cacería- y con eso Ren saltó a la calle aterrizando sin ningún problema. 

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Anko y Kakashi corrían por las concurridas calles, empujando a las personas que se les atravesaban.  

Todo parecía en orden, hasta que el sonido de varias motocicletas los dejó sin aliento y al mirara hacia atrás se dieron cuenta que se trataba del grupo Jashin. 

"¡Ese maldito loco, llamó a sus refuerzos!" pensó la chica cambiando de dirección junto con su amigo. 

-¿¡COMO LOS PERDEMOS!?- gritó Kakashi notando que se acercaban con rapidez. 

Ren "El corazón de un demonio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora