Atracción

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Gracias a los planes del espía, esa mañana Ren había tenido que llegar temprano a su trabajo para empezar a acomodar las motocicletas y repararlas, de ese modo podría adelantar algunos encargos. 

Su personal llegó una hora después y se quedaron en shock al ver que su jefe estaba tan atareado. 

Mientras que los empleados limpiaban el taller, el jashinista empaquetaba piezas en pesadas cajas, las sellaba y luego procedía a entregárselas a los repartidores. 

Casi corriendo el mayor subió a su oficina, en dónde se puso a teclear cómo loco en su computadora, tratando de organizar los documentos pendientes. 

Kakashi y Anko que llevaban parte del día observando a su superior, decidieron echarle una mano comunicándose personalmente con los clientes para resolver dudas. 

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A las 5 de la tarde, el jashinista le anunció a su personal que por esa ocasión podrían retirarse temprano. En un parpadeó el lugar quedó vacío, dejando únicamente al hombre de la máscara junto a la amante de los dangos. 

-¿Qué clase de crisis crees que tenga está vez?- preguntó Kakashi. 

-No tengo idea- 

-¿Que no se supone que tú conoces cada aspecto de ese peculiar demonio?- 

La mayor le dedicó una mala mirada antes de responderle. 

-Claro que no, ¿de que me viste cara?, ¿acaso piensas que soy su maldita esposa?- dijo Anko tomando una lata de cerveza. 

El más alto soltó una risita para luego apoyarse contra la pared. 

-Te soy sincero, todavía no entiendo cómo ustedes dos no terminaron juntos- 

La chica rebelde dejó aún lado su bebida, nunca había sentido tantas ganas de matar a alguien. 

-Porque a mí no me gustan los idiotas y menos si  tienen complejo de mamá gallina- Anko se dió la vuelta para subir las escaleras y ver cómo estaba su mejor amigo de la infancia.

Cómo de costumbre, entró de golpe, topándose con una extraña imágen. 

Ren colocaba sellos sobre algunas hojas de forma rápida, mientras que con su otra mano escribía en el celular. 

-De acuerdo, ya escupelo, ¿en qué lío te metiste está vez?, y también dime a quién debo llamar, ¿al hospital, a los bomberos, tal vez a la morgue?- 

El religioso paró su labor para responder las dudas de la chica. 

-No hice nada, es solo que Takeo quiere salir esta noche, y si bebemos pienso faltar al trabajo mañana, por eso estoy tratando de dejar todo en orden- confesó el mayor haciendo reír a su compañero. 

-Es tan típico de ti- con calma avanzó hasta el fanático y de forma tosca se sentó sobre las piernas de éste. 

Ren quiso gritarle por la invasión a su espacio personal, pero noto que la cara de su amiga demostraba una expresión triste, así que decidió seguirle el juego. 

-Oye, ¿pasó algo?- 

-Nada, solo que el idiota de Kakashi me puso de malas- 

-Entiendo- el mayor rodeó a la chica con sus brazos y está se recargó en él disfrutando de la compañía. 

Estuvieron así unos minutos, hasta que nuevamente se escuchó la voz de Ren.

-¿Puedes hacerme un favor?, tal vez llegue tarde, así qué, ¿podrías ir a mi casa y alimentar a mis bellas cachorras?-  

Ren "El corazón de un demonio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora