Misterioso pero educado, callado pero a la vez dice mucho, confundido con todo a su alrededor, introvertido pero se le olvida cuando está conmigo.
Voy a conocer más de la historia que ocultas Min Yoongi.
Aclaraciones.
➹Heterosexual.
➹Romance.
➹...
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Yoongi.
Cansado caminé, era horario de la madrugada en estos momentos. Para ser exactos eran las cinco de la mañana y no había nadie en las calles, aún no era horario en donde todo movimiento empezaba.
Caminé desde una distancia con mis brazos ocupados por ella.
Jiwoo estaba dormida y la alcé por sus piernas y espalda. Mis pasos eran algo cansados pero aún así no paré, reconocía todo, reconocí mi reino el cuál estaba enfrente de mí.
De nosotros.
Nuevamente volví a mi hogar viéndolo como la última vez. Mi visión estaba un poco borrosa debido a las lágrimas que aún podía retener pero es que en estos momentos estaba con muchas emociones revueltas. Por un lado enterandome por Jimin que mis padres habían muerto hace casi un año, ambos en diferente tiempo pero ya no estaban por aquí.
Aunque haya hablado de ellos con algunas personas dando a entender que ya no estaban conmigo, ahora era real, ellos ya no estaban conmigo.
Y por otro lado, mi emoción es por ella, la tenía conmigo, aquí, en mi próximo reino. Sentía una mezcla de tristeza y felicidad, pero yo puedo con ello, sé salir adelante. Miré a Jiwoo para ver su bello rostro pegado a mi pecho.—Llegamos amor, este lugar es nuestro hogar..— sabía que no me escuchaba pero igual le hablé.— Serás muy feliz, lo prometo.— sorbí mi nariz producto de el llanto que venía en camino pero trataba de negarlo.
Caminé hasta finalmente llegar a la entrada de este, de mi hogar, fui arrebatado de mi vida perdiendo algunas cosas buenas de ella. Cuando me acercaba a la gran puerta algunos soldados, cabos estaban allí haciendo guardia y lucían algo cansados.
Pero al verme se sorprendieron parándose educadamente ante un mayor, en mi caso todavía, un príncipe. Hicieron una seña de respeto ante mí el cuál no pude hacer mucho ya que tenía mis brazos ocupados por ella.
—¡Príncipe Min ha vuelto! ¡Por Dios! ¿¡Está bien!? ¿Quién es la dama majestad? ¿Está bien?— habló un cabo mayor, aún lo recordaba.
—Necesito entrar, por favor..
—Sí príncipe.— hizo una reverencia educada junto a los demás mientras dos me abrían la gran puerta.
Después tendría tiempo para hablar de lo que pasó.
Solté el aire retenido al ver como aquellas dos maderas se abrían lentamente dejándome ver el interior del castillo, dejándome ver su riqueza del interior, dejándome ver tantos recuerdos buenos y dolorosos también. Se iluminaba con las velas que quedaban encendidas en la noche con supervisión, ya no estaban las luces como experimenté la primera vez.
