El Universo en común

Venus 1

Después de esperar por meses hoy es el día. Asique no puedo evitar ir corriendo devuelta a casa. Me hierve la sangre de la emoción que cargo. Pero el miedo a la respuesta igualmente no se queda atrás. Todo está a punto de cambiar, para bien o para mal.

Luego de 15 minutos corriendo llegue a casa, desesperada abrí la puerta con toda mi fuerza. Apenas levanto mi vista veo a mi mama con mis hermanas sentadas en el sofá, alrededor de lo más importante, la carta.

A este punto si llega a ser una mala noticia no sé cómo reaccionaría, lo que menos tendría seria cordura, de eso estoy segura. Pensar que todo el tiempo y esfuerzo que le dedique seria en vano ya me da escalofríos. Además lo ilusionada que estoy no tiene nombre, me imagino desde que tengo memoria con cada detalle, sentimiento, persona, sitio, etc. Me decepcionaría de mí, tanto que no podría soportar ser quien soy.

-¿Y cuánto más vas a tardar para abrirla? - Me pregunta una de mis hermanas gemelas, Nix. Se puede ver a kilómetros el nerviosismo en su mirada, tanto como a mí.

Por fin me atrevo a acercarme de a poco, cada paso hace que me tiemble más el cuerpo. Hasta que después de un rato, logro sentarme en medio de ellas. Abro la carta y comienzo a leerla como puedo, ya que mi voz se está entrecortando del nudo en la garganta inmenso que tengo.

Señorita Venus Winter:

Luego de recibir su carta de admisión y analizar todo su expediente. Llegamos a la conclusión de que nuestro Programa de Intercambio Eduquality, está más que encantado de recibirte en Allariz como estudiante de último año de Bachiller por 5 meses con una beca completa.

Recién me acabo de percatar que llene de lágrimas la carta que más anhele en mi vida. Busco con la mirada a mi familia, pero no están, hasta que me doy cuenta que están esperando paradas a que me les abalance a abrazarlas. Y eso me dignó a hacer, me levanto tan rápido como puedo hacer que al abrazarlas nos trastabillemos juntas.

Ni siquiera es necesario que digan algo, se lo orgullosas que están. Porque este logro no es solo mío, ellas también se tuvieron que sacrificar por mi, al trabajar más para pagar mis clases particulares, regalarme su tiempo, paciencia y esfuerzo.

14 de Septiembre de 2019

Todavía no puedo asimilar que después de imaginármelo tanto por fin estoy a nada de cumplirlo. Trato de estar serena como lo suelo ser, pero esta vez la euforia me carcome el cuerpo. Me faltan nada más que 6 horas para tomar mi vuelo por lo que me digno a levantarme para comenzar a prepararme.

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Después de un largo tiempo logré tranquilizar a mis hermanas para ir al aeropuerto. Ya tengo un don realmente, es tan cotidiano que discutan que tenia que aprender a convivir con eso o a solucionarlo.

-Voy a extrañar demasiado a mi nena más pequeña- Me dice mi madre mientras me acaricia la mejilla

-Eh nosotras todavía estamos acá- Acotan mis hermanas a la vez

-Ay por favor ustedes nunca se van a ir de casa, ni me preocupo por eso- No puedo evitar reírme porque mi madre en eso tiene toda la razón. Mis hermanas no aguantarían ni un día lejos de casa. Aunque por ese lado yo tampoco se todavía como lo voy a solucionar. Pero todo sea para llegar a mi meta y llevarlas conmigo fuera de Argentina.

-Bueno ya basta de tanto hablar y abrácenme que no las a voy a ver por 5 meses – Apenas termino de soltar las palabras que ya están encima de mí. Estando a salvo por los brazos de mis personas más importantes. Pienso llegando a la conclusión que ahora si soy capaz de entender todo, voy a vivir tantas cosas pero también voy a perder muchas. Se me está siendo inevitable retener el llanto de niña. Hasta que comienza mi madre a llorar, y de ahí somos todas un coro de llantos agonizantes. Pero el mío a diferencia tiene una pizca de ser agridulce, ya que no todo es tristeza hoy aunque lo parezca.

Termino rápido de despedirme, para subirme al avión. Nunca me puse a analizar bien en que voy a volar por primera vez. Okey... ahora quiero salir corriendo. Miro hacia atrás pero ya es tarde no tengo ninguna otra opción. Mierda.

Al subirme la azafata me indica el asiento que me corresponde. Está del lado de una ventanilla con 2 asientos más libres a mi costado. Sinceramente no es de mi agrado, llego a ver la distancia en que estoy y me desmayo, así que planeo tener la ventanilla baja todo el viaje.

En mi vida estuve tan desesperada para llegar a un lugar. No por la emoción, si no por lo cansada que estoy de estar viajando. Después de un vuelo de 12 horas y unas 7 horas aprox. en autobús llego de una vez, aunque para mi fueron 3 días. Lo bueno que puedo rescatar es que viaje sola en ambos recorridos.

El problema ahora es que estoy a nada de entrar en pánico, porque no veo a ninguna familia que me esté esperando. Entonces no me queda otra más que dar vueltas en la estación.

-Disculpa, ¿eres Venus?- Me pregunta una voz muy femenina y delicada pero a la vez fría y distante. Haciendo que me gire, la mujer se está recogiendo su cabello en una coleta dejando descubiertas las pequeñas perlas de sus pendientes.

-Sí, ¿usted es la señora Ekop no?

Asienta con la cabeza – ¡Ven André! Ya encontré a la chiquilla

-Aló! Discúlpanos que tardamos se me hizo tarde por el trabajo- Sonrió ligeramente y me acerco para saludarlo. Se nota que es un hombre amigable, totalmente lo contrario a su esposa.

En el camino hacia su casa André me pregunta como fue el vuelo y demás. La verdad no le presto mucha atención porque me quede embobada con Allariz. No puedo dejar de mirar el paisaje, es como si estuviera en la época medieval. Está repleto de iglesias, bosques, casas que parecen palacios, etc.

-¡Ay no le comentamos! - Dice André casi gritando, obviamente hace que me desconcentre. Pero que es lo que me tienen que comentar, ya ahora todo lo que pueda decir me da miedo.

-¿Pasó algo?

-No tranquila no es para preocuparse, es que tenemos un hijo que va a ir contigo al colegio aunque es 1 año mayor- Lo que me faltaba, al final si es para preocuparse. Espero que no sea un pesado y me deje estar en paz.