Venus Fly Trap (Mikey x Takemichi)

Inicios

La reunión fue un éxito total, gracias al apoyo de sus amigos todo salió sin inconvenientes. Aún era difícil de asimilar para Takemichi el ser el comandante de una pandilla con tantos miembros, posiblemente deberían pronto encontrar otro lugar para las reuniones porque no alcanzará más gente en el refugio (además por lo que Michi sabía Izana estaba pensando comprarle el lugar a Koko), igual necesitarían más uniformes, Koko e Inui solo tenían suficientes para los capitanes (pero también confía en que lo lograrán de algún modo o hablarán con él al respecto).

Aun así Takemichi no podía dejar de pensar en el futuro, no era que dudara de las habilidades de sus miembros, pero si estaba replanteando sus propias intenciones, ¿realmente quería llegar a los más alto de las pandillas?, además ahora el peso de liderar se sentía enorme, ¿lo lograría?, aunque reconsiderándolo esa fue una meta bastante vaga de su parte, nunca fue el poder o fuerza lo que buscaba con los Black Dragons.

Si bien fue convencido para liderar, no era algo que no hubiese pasado antes por su mente, él no quería que se volviesen una pandilla más del montón que solo piensa en ganar sin importar que métodos o trucos sucios usar, no, quiere que los miembros encuentren una familia. Porque también recuerda cuando conoció a sus hermanos y cómo estos anhelaban construir un lugar así.

Si bien Izana y Kakucho nunca pudieron concretarlo, (en especial después del deceso de Shinichiro) quizá ahora con los Black Dragons podrían conseguirlo juntos.

Takemichi respiró profundo, había tomado una decisión, lucharía por volver a los dragones negros un refugio para todos aquellos que no tengan algún otro lugar dónde pertenecer, un lugar para que se sientan en casa. No importa si son diez o mil miembros, hará que todos se sientan especiales y parte de algo.

Le mandó un mensaje a Koko, sabía que él podría conseguir un lugar más grande y mejor equipado para las reuniones, quizá más adelante podrían tener alguna cocina para que los miembros puedan comer o incluso un lugar donde puedan la noche si es necesario.

Takemichi Hanagaki no era alguien fuerte físicamente, sí, podía pelear (algo que le tomó mucho tiempo, pero fue entrenado por sus hermanos, no era tan débil como suele la gente creer) pero no era algo en lo que fuese excepcional, tampoco es talentoso en los negocios como Koko, no es carismático como Manjiro, no es hábil como Izana, no es muchas cosas, pero no está solo, no tiene por qué ser bueno en todo. Además hay algo en lo que es excelente (aunque él no se dé el crédito suficiente) y es que Hanagaki no se rinde, en especial cuando ha tomado una decisión.
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Izana estaba contento, había arrendado con éxito el antiguo taller de Shinichiro, recordaba que él le solía decir que sus manos no estaban hechas para destruir, que estaban hechas para crear, ahora puede comprender mejor a que se refería.

Uno de los amigos de su hermanito, Kokonui había comprado el lugar después del accidente, al parecer el amigo de este (el chico de la cicatriz) también conoció a su hermano mayor y le tenía mucho cariño al lugar.

Tenía mucho trabajo por delante para poner de pie el lugar, Kakucho le fue a ayudar a despejar y limpiar el garaje, aunque solo sería por esa semana, la próxima Kakucho se reintegraría a las clases de forma presencial (había logrado matricularse con éxito en el mismo instituto que Takemichi).

Aun así era bastante relajante estar de vuelta en aquel lugar, la noche anterior en la reunión no pudo apreciarle con suficiente tiempo, el establecimiento se veía extraño sin las motocicletas de su hermano y el olor a cigarrillo.

Izana no hacía esto para vivir en el recuerdo de Shinichiro o algo parecido, quería honrar la memoria de este, pero esto era algo que hacía por sí mismo, en sus años fuera descubrió lo mucho que le apasionaba el tema y Kakucho lo alentó a concretarlo.