¿Qué haces cuando todo lo que creías que era verdad, resulta ser una mentira?
Harry Potter siempre creyó que sus padres eran James Potter y Lily Evans, pero resulto que todo este tiempo una venda cubría sus ojos.
Sirius Black llego a su vida, para q...
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1960-1968
La Hilandera
El día 09 de Enero del año 1960 inicio con normalidad, pero justo cuando faltaban dos horas para finalizar, paso de ser un día común a un día que quedaría marcado para parte de los habitantes del mundo mágico, pero en ese momento solo cambio la realidad para dos personas: el matrimonio conformado por Tobias Snape y Eileen Prince.
Sin embargo, ese cambio de realidad fue por diferentes razones. Para ella significaba el día en que se convirtió en madre mientras que para él, al notar como cada vez que su esposa gritaba las luces de todo el vecindario comenzaban a tintinear y objetos se movían sin razón aparente, descubrió que se había casado con un monstruo, uno que parecía hermoso pues con una mirada de esos ojos verdes y cabello negro como la noche logro enamorarlo y encantarlo.
Eileen Prince, era una bruja excepcional, sus maestros estaban convencidos de que sería toda una proeza en el mundo mágico, claro que todo término cuando se enamoró de un muggle. Abandono definitivamente la magia e incluso destruyo su varita con tal de ser tan normal como su esposo deseará. Tantos hechizos no mencionados, tantas posiciones guardadas en su memoria, tanta magia reprimida fue expulsada por el cumulo de emociones que una mujer pasa al momento de dar a luz.
Tras una hora llena de gritos acompañados de los truenos y relámpagos característicos de una noche lluviosa londinense, en La Hilandera, una calle caracterizada porque la mayoría de sus habitantes se dedicaban a trabajar las telas y el algodón, los mellizos Severus y Elibeth Snape fueron traídos al mundo.
Debido a la revelación de su pasado como bruja, el matrimonio se fue en picada, Tobias se volvió más violento y parecía que se irritaba con suma facilidad. Las risas se convirtieron en gritos, los abrazos en golpes, las caricias en su cabello pasaron a ser jalones y las noches en que terminaban bailando a la luz de las velas con alguna canción de The Beatles, ahora terminaban con Eileen en el suelo buscando protegerse de los golpes usando sus brazos como escudos.
Mientras eso sucedía el llanto de los en ese entonces bebes predominaba, aumentando el odio de Tobias por ese par, si tan solo no hubieran nacido. Él no habría tenido porque intentar quitarle la magia a su esposa a golpes.
