¿Qué haces cuando todo lo que creías que era verdad, resulta ser una mentira?
Harry Potter siempre creyó que sus padres eran James Potter y Lily Evans, pero resulto que todo este tiempo una venda cubría sus ojos.
Sirius Black llego a su vida, para q...
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- ¿Quieres salir conmigo? - James Potter lanzo la tan ansiada pregunta armándose de valor, sacando por fin su lado Gryffindor desde lo más profundo de su corazón
-Yo creo que no- respondió Sirius Black desde una de las camas de la habitación mientras introducía un nuevo puñado de palomitas a su boca
Claro, debió de suponer que seria más fácil cuando lo practicaba frente al espejo y hablándole a Sirius en lugar de a ella.
Pero, James tenia un plan.
Quería que Elibeth se llevara algo para recordarlo en esas semanas de vacaciones navideñas, necesitaba instalar en su mente y corazón el pensamiento de que ella sabría de él. Sus padres estarían felices, finalmente James había encontrado a una chica especial.
-Tu puedes James- susurro para si mismo durante la clase de Herbología antes de lanzar el hechizo que estuvo practicando las ultimas semanas
Rezando porque esta vez nada fallará, controlando sus nervios y respiración.
Lanzo el hechizo.
Vio con satisfacción como la snitch dorada comenzaba a revolotear hasta el asiento de Elibeth esperando su reacción.
Por su parte, al sentir la snitch colocarse en su nariz haciéndole cosquillas por el movimiento de sus alas sin llegar a dañarla, arrugo la nariz ante la sensación y James suspiro a lo lejos pensando "¿No encantadora?"
Al tomarla entre sus manos dejo de hacer alguna clase de movimiento y con la curiosidad de saber lo desconocido que caracterizaba a los Ravenclaw, procedió a abrirla. Dentro encontró un pequeño pergamino hecho con un pedazo de papel que portaba un mensaje con letra tan prolija que podría decir que se habían escrito varios intentos para lograr tal perfección.
"Felices Fiestas, Preciosa Ravenclaw"
Inconscientemente al saber el remitente de aquel mensaje, miro sobre sus hombros encontrándose con el castaño que se encontraba mirándola y sonrió tímidamente en su dirección.
Al sentir la sonrisa del Gryffindor, le dio la espalda nuevamente.
Cuando James Potter sonreía, Elibeth sentía algo en su interior pero aun no sabia que era aquella sensación.
