¿Qué haces cuando todo lo que creías que era verdad, resulta ser una mentira?
Harry Potter siempre creyó que sus padres eran James Potter y Lily Evans, pero resulto que todo este tiempo una venda cubría sus ojos.
Sirius Black llego a su vida, para q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A partir de ese momento, James Potter y Elibeth Snape se volvieron inseparables. Era absolutamente común verlos juntos paseando de un lado a otro por el castillo, sentados juntos durante las clases, los descansos y las comidas, aunque claro que Sirius exageraba la situación diciendo que parecían siameses, pero en el fondo estaba orgulloso de su mejor amigo.
Pero para ellos, era increíble.
Como en este momento, donde James estaba recostado en el pasto atrayendo a Elibeth a su pecho con una mano, mientras, la otra acariciaba su cabello conforme al sonido de su voz que leía en voz alta uno de sus libros favoritos con emoción.
James simplemente no podía dejar de verla y es que simplemente toda ella, había sido hecha para todo él. Despreocupadamente comenzó a acariciar su cuello provocándole algunas cosquillas que terminaron por distraerla.
-Basta- dijo entre risitas que a James le parecían el sonido más adorable del mundo- No me dejas concentrar
-Tal vez deberías de concentrarte en otra cosa- alzo sus cejas varias veces en modo de insinuación
Fue curioso como en vez de recibir un beso como respuesta, recibió un ligero golpe en el rostro con aquel libro.
-Es bueno- comenzó a decir intentando hacer que la castaña no se sintiera mal- Pero a veces debes de dejar de leer historias y empezar a construir la tuya propia.
-Estoy bien así- bajo la mirada nerviosa- No podría ser como ustedes, es decir, les gusta la atención y eso es evidente, pero, yo simplemente no puedo. Me gusta la tranquilidad
-Y yo fui tu huracán- la interrumpió James recordando aquella conversación que habían tenido cuando recién empezaban a tratarse
-Supongo que todos debemos de tener alguno- se acerco a el para darle un beso en su mejilla, pero fue más hábil al mover el rostro para que este terminara sobre sus labios- Ahora, déjame leerte este último párrafo que tienes practica de Quidditch en 15 minutos- volvió a acomodarse en su lugar continuando con su lectura.
