─ ¡Eres un estúpido!, ¿al menos podrías dejar de arruinar el experimento?, ¡nos van a reprobar por tu culpa!
─ ¿Por mi culpa?, aquí el estúpido eres tú, maldita rata de laboratorio
─ ¿Rata de laboratorio?, ¿qué clase de insulto es ese?, ¿sabes qué?, no importa, le diré al director para que te expulse
─ Dile, yo le diré que te caché robando las cosas de la profesora
─ ¡Eso no es verdad!
─ Pero me creería si le dijera, así que con cuidado o vas a...
Ali estaba harta...
Daniel LaRusso y Johnny Lawrence cada que podían, se lanzaban insultos o lograban meterse en problemas en alguna clase por algún espectáculo de violencia que hayan hecho.
Tenía qué hacer algo ya...
Siempre estaba en medio y de verdad, un día más y explotaría, uniéndose a ellos para golpearlos.
Esa noche estaba pensando mientras se movía en su propia cama... ¿cómo podía hacer que esos dos dejaran de pelear?.
─ ¿Agh!, desearía que al menos un estúpido deseo se me hiciera realidad, todo sería más fácil...─ comentó y suspiró para dar un grito en su almohada.
Hasta que... se le ocurrió una idea algo infantil y si, estúpida también, pero al menos lo intentaría...
Fue a su balcón, miró las estrellas en el cielo y sonrió al encontrar una que predominaba.
─ Hola estrella, ammm, sé que esto es algo raro y bueno, creo que tambien es poco probable que funcione, pero... si es que sabes hacer milagros, necesito que hagas que Daniel LaRusso y Johnny Lawrence dejen de pelear, es más!, que se amen si es necesario, pero que dejen de enfrentarse u ofenderse...
La estrella desapareció un momento y volvió a aparecer, haciendo que Ali crea que es una señal.
Volvió a su cama y se dispuso a dormir con la mentalidad de que pasaría algo malo al siguiente día.
(...)
─ ¡Ali!─ gritó Daniel emocionado de ver a su amiga y la abrazó como hacía todos los días.
La rubia sonrió, al menos Johnny no estaba cerca esta vez.
─ Danny, ¿qué tal todo?, ¿hiciste lo de química? ─ preguntó para hacer plática y su amigo asintió.
─ Si, esa profesora explica muy bien, no se me complicó, ¿tú?─ Ali asintió tambien.
Iba a responder, pero justo un rubio llegó y empujó a Daniel por el hombro, haciendo que Ali ruede los ojos.
─ ¡Oye!, qué te pasa amor?─ se tapó la boca arrepintiéndose de inmediato y el rubio lo miró raro.
─ ¿Por qué no te vas a mi cama?─ el rubio frunció el ceño y Ali estaba confundida.
─ ¿Qué ocurre?─ preguntó a ambos y estos la miraron temerosos.
─ No puedo insultar a este lindo chico─ respondió Johnny y Daniel lo miró realmente confundido.
─ ¡Exacto!, es como si mi boca no me permitiera decirle algo malo─ comentó y esta vez Johnny asintió, dándole la razón.
El rubio estaba frustrado, así que se le ocurrió la grandiosa idea de acercarse para darle un puñetazo a Daniel, cosa que jamás pasó.
Su fuerza de la mano se transformó en una mano extendida que le dio una palmada en el trasero del azabache.
─ ¡Oye!─ Johnny parpadeó confundido y mejor puso sus manos detrás de si─ ¡¿qué mierda tienes en la cabeza?!─ se acercó tambien a punto de darle una cachetada, pero esto se convirtió en una caricia en el rostro ajeno.