XXXVI

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— ¿Me pediste venir contigo para grabar el momento y así pasarlo en su boda?

Minho miró a Felix con el ceño fruncido.

— Te pedí que vinieras para darme apoyo moral— dijo el rubio—, y en silencio, por favor.

Felix a veces no comprendía esa forma de mostrar cariño que tenía Minho hacia sus amigos, y sólo hacia sus amigos, porque él era testigo de cómo el rubio se ablandaba totalmente con Hyunjin.

Cuando el reloj marcó las tres y cincuenta y nueve, Minho le hizo señas a Felix para que se escondiera, y el rubio se apresuró a cubrirse detrás del telón.

Las cuatro en punto la puerta se abrió, Minho vió los ojos de Hyunjin dirigirse hacia él, asintiendo levemente, indicando que todo iba según el plan.

Detrás de él, Jeongin amagó a irse, pero Hyunjin tomó su mano, tirando de él para obligarlo a avanzar.

Confundido, y más aún cuando Minho cerró la puerta detrás de sus ruedas, Jeongin miró hacia todos lados, hasta que su mirada cayó sobre las manos que los dos chicos tenían unidas.

— ¿De qué me perdí?

— No voy a ser yo quien se confiese— dijo Minho, sonriendo de lado.

Apagó las luces para encender el reflector, que apuntaba hacia el pequeño escenario del aula.

— ¡Felix! ¡Ven y pon los huevos necesarios!

— ¡No soy gallina para poner huevos!

— ¡No me hagas ir a empujarte! — durante unos segundos no tuvo respuesta— ¡Si voy te saco a patadas!

Vió al telón moverse, y no tardó mucho para que Felix caminara, moviendo las manos de forma nerviosa, hacia el reflector que iluminaba el escenario.

Pareció abrir la boca para decir algo, pero en cuanto cruzó miradas con Jeongin se congeló, comenzó a lamer sus labios varias veces, mirando a distintos puntos del suelo.

Hyunjin codeó a Minho.

 "Tú no estuviste tan nervioso" leyó.

El rubio se encogió de hombros.

— Lix es raro, más raro que yo.

— ¡Yang Jeonginie!

Ambos chicos volvieron a prestar atención a lo que estaba pasando.

Felix tenía los ojos apretados con fuerza.

— ¡Me gustas! ¡Mucho!

Hubo un silencio incómodo durante varios segundos, hasta que las ruedas de la silla de Jeongin comenzaron a girar, acercándose al escenario.

Felix abrió los ojos para encontrarse con el chico, y las pequeñas lágrimas en sus mejillas le partieron un poco el corazón.

— Estoy completamente enamorado de tí— murmuró, al punto que sólo Jeongin pudo escucharlo.

El chico en la silla sonrió, mostrando sus adorables dientes, dejando caer unas lágrimas.

Felix bajó de un salto del escenario, abrazando a Jeongin con firmeza.

Lo había extrañado bastante, llevaban más de dos semanas sin hablarse, sintiendo que una parte de si faltaba.

— También me gustas, Lixie.

𝐌𝐔𝐓𝐄 ㅡ hyunho  ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora