LXXIX

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La mano de Minho fue hacia el bulto marcado bajo la ropa interior de Hyunjin, un jadeo escapó del mudo por el sorpresivo tacto.

El mayor comenzó a acariciar el pene de su novio, con la tela en el medio, recorriendo su longitud de la base hasta la punta, de forma lenta, comenzaba a girar cada vez más su mano alrededor del mismo, escuchando la respiración de Hyunjin acelerarse.

Sentía su miembro cada vez más duro por sólo darle placer a Hyunjin.

Ya con el eje del otro erecto, Minho atacó el cuello de su novio, dejando marcas de amor, mientras giraba a ambos para apoyar a Hyunjin sobre la cama.

Con él debajo, sus besos descendieron, pasando por sus clavículas a su pecho.

Minho alzó las caderas de Hyunjin, quien abrió sus piernas inconscientemente, quedando el rubio entre ellas, sintiendo la erección del chico contra su vientre bajo, mientras su miembro era presionado contra el trasero del mudo.

Minho llegó a los pezones de Hyunjin, lamiendo, al mismo tiempo que daba una pequeña embestida con sus caderas.

Escuchó escapar un gemido y sonrió.

Se movió contra las nalgas del otro, haciendo fricción, con su miembro duro y aún atrapado en sus bóxers.

Hyunjin sentía los espasmos de placer que hacían vibrar a su miembro cada vez más con cada movimiento de Minho sobre él, quién no había dejado de poseer sus rosados pezones con su boca.

Con ambos erectos, el rubio los dejó para subir hacia su rostro, mirando con placer la expresión de Hyunjin, quién pedía más, quería más.

Toda la vergüenza se había ido, y era eso lo que Minho queria lograr.

El rubio volvió a tomar los carnosos labios de Hyunjin, mientras simulaba embestidas, escuchando los gemidos que eran ahogados por el beso, que aumentaban conforme hacía los golpes con sus cadenas más duros.

Sin cortar el beso, Minho deslizó sus dedos debajo de la ropa interior de su novio, bajandola de a poco, dejando la erección de Hyunjin libre.

Hizo lo mismo con sus bóxers, aunque mucho más rápido.

Hyunjin quiso desviar la vista hacia abajo, pero Minho tomó una de sus mejillas haciéndolo que lo mirara.

— No mires, sólo disfruta.

Esta vez, Minho hizo que ambos miembros se tocaran, friccionando su hombría contra la del otro, escuchando un gemido bajo por parte de Hyunjin ante la sensación.

El rubio llevó dos de sus dedos hacia su boca, lubricandolos generosamente con sus saliva.

Hyunjin no entendió bien el porqué, hasta que, segundos después, Minho dejó sus dedos para llevarlos hacia su entrada, ya algo dilatada por el placer.

Sintió su corazón acelerarse con algo de miedo, era la parte que más lo asustaba.

— Tranquilo— murmuró Minho, dándose cuenta de lo que pasaba—. Lo haré bien— añadió, a tiempo que comenzaba a acariciar con sus dedos alrededor de su interior, haciendo que Hyunjin se sintiera incómodo al principio, hasta que pudo relajarse.

Sintió el primer dedo comenzar a penetrarlo, de a poco, entrando en sí y por un momento sintió pánico.

— Jinnie.

El mudo miró a Minho.

— Engancha tus piernas a mí— habló.

Alzandose con ayuda de Minho, Hyunjin enredó sus piernas sobre las caderas del rubio.

Sintió a Minho penetrar más profundo en él, su espalda se arqueó de placer y un gemido bajo salió de sus labios.

Minho sonrió ante su logro.

Cuando sintió la entrada de Hyunjin acostumbrada, metió otro dedo, y el pelinegro gimió más alto, más agudo.

Sintió su miembro palpitar con necesidad.

Necesitaba estar dentro de Hyunjin, estaba desesperado por hacerlo.

Pero sabía que debía ser suave, debía hacer las cosas bien.

Hyunjin parecía algo frágil a sus ojos, no quería romperlo; a demás, era su primera vez, la primera vez de ambos, en realidad, aunque el chico mudo era mucho más puro que él.

Retiró ambos dedos del interior del chico, para tomar su miembro y posicionarlo en la entrada de Hyunjin, quienes dió cuenta de lo que ocurría.

— ¿Vas bien? — preguntó Minho, aunque le costó bastante hablar claro, teniendo lo que más deseaba junto en su punta.

Hyunjin asintió, y Minho se sintió más liviano.

— Seré suave— murmuró, mientras entraba de a poco en él, llegando casi completamente a su interior.

Hyunjin era muy estrecho, apretado, casi asfixiante, rodeando su miembro cálidamente.

Sintió a su novio tensarse, apretandose más, retrayendo cualquier dilatación que una vez hubo.

Fue cuando sus ojos dejaron de concentrarse en eso y miraron más arriba.

Vió a Hyunjin apretar las sábanas con sus manitos, mientras se mordía el labio y aguantaba las ganas de retorcerse, con expresión dolorosa, las lágrimas en los bordes de sus ojos, algunas es sus mejillas.

En vez de escuchar un gemido, surgió un sollozo.

Minho salió de él rápidamente, Hyunjin comenzó a respirar pesadamente, buscando aire, temblando, dejó caer sus piernas, que ya sentía sin fuerzas.

El rubio lo tomó por los brazos, alzandolo, abrazándolo contra sí con fuerza, acomodando al rostro de Hyunjin sobre su hombro, dejándolo llorar.

— Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento...— repetía, meciendo a Hyunjin en un intento por calmar el llanto—. Quizás fue demasiado, bebé, lo siento... N-No quise que te doliera tanto, perdón, no me dí cuenta...

Hyunjin negó, limpiando sus lágrimas con brusquedad, lo alejó un poco para mirarlo.

Alzó su mano en una seña.

"Está bien" dijo, con una sonrisa algo forzada, pero feliz, sabiendo que Minho había parado.

Se había desesperado, se sentía a punto de quebrarse, muy apretado en su interior, sin poder moverse, asfixiante...

Pero Minho se había dado cuenta de su dolor, y lo había dejado, tal como sabía que lo haría, y por más que seguía sintiendo esa zona incómoda, se sentía bien porque tenía el mejor novio del mundo.

— ¿Me perdonas? — Minho se veía completamente arrepentido.

Hyunjin asintió, dejó un corto y tierno beso sobre los labios del rubio, para enfatizar.

Minho rió un poco, más tranquilo.

— No puedo dejarnos así— dijo, mirando hacia ambos miembros, aún erectos.

Alzó sus ojos hacia un ruborizado Hyunjin, quién asintió, mordiéndose el labio con una sonrisa.

𝐌𝐔𝐓𝐄 ㅡ hyunho  ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora