Quince: Cruzando el Bifrost

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         Aquél día repasamos el plan una y otra vez. Los guardias que nos iban a acompañar estaban al tanto de la misión, sin saber nuestra verdadera intensión. Olaf era el único que se rehusaba a hacer tratos con los Xandarianos, pero prefería aceptarlo a confrontar a Odín. A veces me preguntaba si genuinamente le tenía miedo a Odín o solo le aterraba la versión de Loki. Practicamos un par de horas en el cuarto de entrenamiento de Loki y la pasamos leyendo investigaciones de la gema.

—Creo que sé dónde podemos encontrar más información, pero no estoy muy seguro— me dijo Loki mientras sostenía un libro con el título: el inicio de los tiempos.

—Hay que intentarlo— asintió y se levantó del suelo. Me ofreció su mano, me levantó y comenzamos a caminar hacia la puerta. Loki no hablaba, se la pasaba pensando en silencio. 

        Yo estaba demasiado feliz, me sentía especial. Todo aquello lo estaba haciendo por mí, para que supiera de dónde venía. Sabía lo importante que era para mí y estaba dispuesto a ayudarme en todo lo que pudiera. Mientras caminábamos por el pasillo y fingía ser Odín, me di cuenta de lo mucho que me gustaría que simplemente fuera él. Aquél día en el que el palacio estaba vacío y pudimos caminar por ahí sin ser vistos, fue uno de los mejores momentos. A veces deseaba que todos lo vieran como realmente era, pero eso jamás iba a suceder. La gente lo veía como un monstruo y no solo lo sabía, a veces lo escuchaba. Quería que todos supieran todas las virtudes que tenía, pero incluso si lo intentara, jamás sucedería.

         Después de varios minutos, me vi una vez más parada frente a una gran puerta. A diferencia de las anteriores, esta no era de oro. Estaba hecha de madera y tenía dibujos en ella. La imagen era de un gran árbol, perfectamente tallado en la madera. Loki se acercó y puso su mano sobre la puerta. Inhaló profundamente cerrando los ojos y la puerta se abrió. Loki sonrió como si fuera un milagro, ya que seguramente no esperaba que se abriese.

—Bienvenida al Yggdrasil— abrió las manos sonriendo y la puerta terminó de abrirse. Esta dejó ver un inmenso cuarto que estaba casi a obscuras. En el centro había un gran árbol, que parecía que estaba hecho de estrellas. Cada rama y raíz tenía un mundo, que tenía cientos de estrellas a su alrededor.

—Es hermoso— le dije admirando cada punto de él. Loki caminó hasta un extremo de la habitación y le dio la espalda.

—Pero no venimos a verlo, venimos a este lugar— abrió una puerta detrás suyo y la señaló con las manos —¡Taraaan!— hizo su pose estoica y me sonrió de oreja a oreja. Caminé hasta él y vi que dentro había una pequeña biblioteca. Los libros alrededor estaban protegidos por una clase de rejilla de oro y en medio de toda la habitación había una gran mesa —Esta es la colección privada de Odín, donde hay miles de libros que hablan sobre temas más importantes— pasó su mano por un estante y abrió la rejilla para sacar un libro que había localizado —Es más clandestino— lo sacó y lo puso sobre la mesa. La portada decía: Entropía, Eternidad, Muerte e Infinito. 

—¿Así que estos libros son clasificados?— me miró entrecerrando los ojos mientras me acercaba a él.

—Define clasificado— me sonrió de lado y abrió el libro. Las imágenes dentro se movían como si fueran pequeños videos. Las letras parecían escritas con oro y el diseño del libro en sí parecía de niños. Comenzó a pasar las hojas, que tenían el título de cada gema del infinito, hasta que se detuvo en la gema del poder y comenzó a leer en voz alta —La gema del poder, conocida por...— comenzó a leer rápidamente toda la información que ya conocíamos hasta que de detuvo —La gente que ha tenido contacto directo o indirecto con ella ha... ¿muerto?— volteó a verme preocupado y lo miré seriamente para que continuara —Y aquellos que han sido sus portadores han llegado a poseer habilidades únicas que comparten o no con las cualidades que la gema aporta. Algunas de estas habilidades han sido contrarias al significado que la gema tiene y normalmente permanecen en el portador cuando este ya no posee la gema— me sonrió —¡Esto era lo que buscábamos!— le sonreí de regreso y nos abrazamos. Estallaba de emoción, porque era la respuesta a todas las preguntas que habíamos tenido. Mi mayor duda era que yo tenía los poderes totalmente contrarios a la gema, pero eso ya no era un problema. De alguna manera, me daba cuenta de que Loki quería ser el que resolviera este misterio, lo que lo hacía estar cada vez más interesado.

The Tenderness Behind the FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora