Estúpido Mitchell [𝐙𝐚𝐜𝐡 𝐌𝐢𝐭𝐜𝐡𝐞𝐥𝐥 𝐱 𝐎𝐂]

Capitulo XIII ~Gracias mama.~

Decidimos cerrar el parque, y bajo ningún concepto volver a abrirlo. Nunca.

Claire y Owen no duraron, pero yo se que acabaran juntos, tienen que hacerlo. Junto con los equipos especiales conseguimos interceptar la subasta de las últimas crías de dinosaurios, aunque a nosotros también nos afectó, estuve una semana en el hospital después de haber peleado otra vez contra otro dinosaurio, es un hobby que no me gusta.

Zach estuvo conmigo todo el rato mientras residía en el hospital, y tuve que tragarme su bronca y mal humor por haberme escapado a esa misión aunque le hubiese dicho que no lo haría, eso y la regañina de Owen por que casi morí y este es un punto que muchos olvidan, CASI me caí del tejado mientras dicho dinosaurio que intentaba exterminarnos me perseguía, no comprenden que era necesario y que ni siquiera me caí.

Ya han pasado los años, Zach y yo peleábamos pero nunca nos separamos, me gradué de la universidad y teniendo en cuenta mi experiencia con la fabricación y la modificación de ADN conseguí un trabajo rápidamente en la investigación contra el cáncer, aparte de ayudar en la cura contra el alzheimer.

Zach se graduó como profesor de ciencias prácticas en la universidad y ejerce como tal, Gray poco a poco fue superando el trauma como pudo, le ayude a intentar abrirse, le enseñe algunos entresijos de dinosaurios y nunca dejaron de apasionarle, pocos años después de que nuestro primer hijo, Luke, en honor a mi amigo y al que prácticamente salvo nuestra relación, naciese, Gray se graduó como arqueólogo y siguió buscando el rastro de lo que alguna vez habitó la tierra antes que nosotros.

Vivimos felices, Zach y yo nunca nos casamos, yo por que quería conservar mi apellido y por que ambos creíamos que era una ridiculez para gastar dinero, era una promesa que ambas personas decían, y eso es lo que hicimos.

Era de noche, yo estaba sofocada en el hotel por culpa del calor del lugar, nos hospedamos en la costa de España, de vacaciones, y tenía la sensación de que en cualquier momento me derretiría y no se sabría quien era yo y quien la sabana.

Ni Zach ni yo podíamos dormir, el recuerdo es muy vago pero se que me miro, me sonrió y dijo:

-A la mierda las bodas.

-¿Como?- Dije riendo.

-Las bodas.- Repitió como si fuese obvio.

-Cielo, creo que no te sigo.

-Lo que digo es que un matrimonio es una promesa, ¿no?- Asentí.- Bien, pues hagamos una promesa, no hagamos ceremonias grandes ni ese tipo de ridiculeces, solo dime que me quieres, te beso y nos queremos.

-Ves mucha anatomía de Grey.- Reí.

-Ríete todo lo que quieras pero sé que esa idea te encanta.- Le mire.- Veo como te brillan los ojos.

Y así hicimos, nos "casamos" en ese instante, en esa cama, esa noche.

Y puedo asegurar que fue la mejor de mi vida, y si, de aquí salió Luke.

Dos años después de que Luke naciese, nació Lauren, sin duda la favorita de Owen, tenía los ojos de mi madre y la sonrisa de Zach.

Todo me fue bien, tuve una vida plena y feliz, a mis 45 años conseguí encontrar la cura para el cáncer de mama, ganando el premio nobel de medicina a mis 46, mi marido me quería como nadie en el mundo y mis hijos estaban sanos. Gray encontró los huesos de una nueva especie, ganó muchos premios gracias a eso y se casó.

Pero los años pasan.

Y por eso yo te cuento esto, por eso aunque me hayas visto parpadear, me hayas visto respirar y caminar durante toda mi vida, ahora yo te lo cuento todo otra vez mamá, por si lo habías olvidado.

Tal y como desperté la ultima vez me encuentro ahora, a mis 86 años en una camilla, pero no en el hospital, si no delante del lago donde nos dejaste la caravana a Owen y a mi, y aunque él probablemente ya te haya contado todo, yo te lo volveré a contar.

Zach está a mi lado, su pelo marrón oscuro se ha cambiado a un gris, y aunque tenga arrugas sigue tan guapo como siempre, y sigue con la sonrisa coqueta, me coge de la mano mientras me mira, pero en vez de preocupación, la que una vez sintió cuando me encontraba también en una camilla, ahora me mira con cariño.

El sabe que me voy y lo entiende.

Ya me despedí de mis hijos y de mis nietos, los echaré de menos, pero eso ya te lo contaré cara a cara.

Una vez más me vuelvo a hundir en los ojos del amor de mi vida y una vez más te vuelvo a decir a ti, mama. Gracias.

Y aunque se que la muerte esta tan segura de ganar que nos deja una vida de ventaja ya me da igual, por que esa vida no a sido una ventaja, a sido un deseo hecho realidad, por que se apreciar la vida otorgada por la muerte y por que sé apreciar a aquellos que han perdido la carrera.

Mama, gracias por haber perdido esa carrera para que mi camino se hiciera más largo, gracias por haberme dado ese empujón y de haberme dejado adelantar un poco más a la muerte.

Te digo gracias por escucharme y te digo gracias por verme, pero no te necesito. Porque al que necesito está a mi lado, sonriéndome.

-Te quiero.- Le digo.

-Yo mas, querida.- Responde mientras cierro los ojos, y antes de dormir vuelvo a escuchar.- Yo mucho mas.

𝐆𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐞𝐞𝐫.