Me despierto entre las sábanas con los ojos húmedos y dolor de cabeza de pasarme la noche llorando.
Me pongo un bikini para no tener calor.
Salgo al comedor y no hay nadie.
Mi padre anoche me envió un mensaje diciendo que no volvería hasta la hora de comer.
Desayuno y busco con la mirada a Jack está todavía durmiendo.
Como no tengo otra cosa que hacer llamo a Clove .
-Hola . -Digo cuando responde.
-Tía, ¿Sabes que hora es no?
Miro la hora y es super temprano aún.
-Lo siento lo siento , te llamo luego ¿Vale?
-Vale, adiós guapa. -Cuelga y me acuesto en el sofá.
-Buenos días. -Dice Jack.
-Hola me voy a la playa, adiós.
Salgo corriendo pero el llega a la puerta antes que yo y me impide la salida.
-Espera, yo también voy. -Dice a la vez que se da cuenta de que estoy en bikini.
Me aparto y le espero.
Cuando llega me quedo fijamente mirando su torso.
-¿Vamos? -Dice sonriendo.
-Vamos.
Cuando llegamos le digo que me espere mientras compro algo en el chiringuito.
Mientras pido me doy cuenta de que tengo al lado un chico mirándome.
Se queda sorprendido al oírme hablar.
-¿Eres australiana? -Dice mostrandome su hiper perfecta sonrisa. Es mono.
-Sí, nací allí pero a los cinco años me vine a vivir a América.
-Encantado, me llamo Rayl. ¿Y tú? -Dice amablemente.
-Mia, me llamo Mia.
Ahora que lo veo mejor es moreno con unos ojazos verdes, moreno de piel y unos músculos ni muy marcados ni poco marcados. Perfecto vamos.
Me invita a un helado y le accedo, ya que me apetece uno.
Mientras estamos hablando de los climas en New York, me doy cuenta de que llevamos mas que unos cuantos min hablando.
-Mia ¿vamos? -Dice Jack sujetandome la mano.
No me había dado cuenta que había venido a buscarme.
