Que los vivos desciendan

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Al estar fuera del alcance del director Miller, Mike soltó a Clary y está le preguntó:

- ¿Has oído lo que Miller ha dicho? - Le dijo Clary con verdadero interés, ella necesitaba cambiar el tema y hacerle sentir mejor después de ver lo pálido que se había puesto el chico cuando ella se estaba "atragantando", o al menos así es como quería llamarlo Clary.

- No he oído nada – Dijo con una voz que intentaba imitar la normalidad, pero no lo lograba del todo.

Clary notó que parecía que él no quería hablar con ella, como si fuera su culpa el hecho de casi haber muerto. Decidió no hablarle y quedarse en silencio el resto del camino hacía el despacho del director, pero... ¿Por qué callarse? Ella no iba a quedarse sin decir nada, no podía. Sobre todo, porque no entendía el enfado de Mike.

- Oye, Mike. Lo siento de verdad, no sé qué ha pasado, pero ha pasado, si al menos pudieras decirme porque estas enfadado o que he hecho para que no me... - Dijo ella con un hilo de voz, pero él la cortó a media frase.

- ¿Enfadado contigo? ¿Crees que me he enfadado contigo por casi morir? ¿En serio Clary? Más que enfadado, estoy preocupado por la idea de que casi te pierdo, no soy nada sin ti. -Al ver la cara agradecida que ella le dirigió el soltó una pequeña carcajada y esbozó una pequeña sonrisa, de esas que adoraba Clary- Si, estoy asustado por lo que te pasó, pero no es por eso por lo que estoy, como tú lo has llamado, enfadado.

- ¿Ah, no? ¿Entonces por qué? -Dijo la chica bastante confundida, por un momento se había temido lo peor, pero se dio cuenta de que estaba siendo un poco dramática.

- A ver, enfadado no es precisamente el mejor término, y en cuanto a la pregunta de antes, sí, he oído lo que el director ha dicho y sinceramente, me preocupa.

- ¿Te preocupa? Literalmente ha dicho que le debía a ese amigo suyo un montón de cuchillos lamentables.

- Elementales, Clary, elementales –Dijo el soltando otra risa- ¿Sabes? Empiezo a preocuparme de que el agua que te ha dado beber el director te haya taponado los oídos.

- No tiene ni la más mínima gracia - Dijo ella con el ceño fruncido, aunque en el fondo, se estaba divirtiendo con Mike – No sabes lo que he pasado.

- En ese caso, explícamelo, será mejor así ¿No crees? - Dijo el con unos ojos inescrutables – Porque, una cosa es que alguien se esté ahogando sin razones aparentes, y otra es lo que te acaba de pasar a ti. Clary, tenías el rosto blanco como la cera desde que miraste a esa chica.

Ella suspiró, y le contó con detalle a su mejor amigo todo lo que le pasó cuando miró a esa tal chica amiga de Olivia. Cuando acabó, Mike la miraba con los ojos como platos.

- ¿Qué oíste sus pensamientos? -Dijo en voz baja pegada a ella en la silla de cuero marrón sobre la que estaba sentado, estaban en el umbral del despacho del director, abrieron la puerta y al encontrar a nadie dentro, se sentaron en las dos sillas que había frente de la amplia mesa que ejercía el papel de escritorio del director.

- Sí -Asintió ella en silencio- Cuando dejé de oír lo que pensaba, perdí la respiración, lo raro es que sentía como si un gancho estuviese clavado en mis costillas y tirase de mi hacia la fuente.

- Vaya, parece ser que ahora eres una especie de sirena asesina experta con las armas–Al ver la mirada iracunda que la chica le dirigía, sonrió y añadió- Vale, vale, era una broma. Te creo y creo que es un poco raro todo esto, y deberíamos esperar a ver que dice el director, a lo mejor solo estabas delirando.

- No estaba delirando, Mike. Además, ¿No te preocupa lo que dijo el director sobre los cuchillos? Tampoco es que me importe que en su casa se haya quedado sin cuchillos, pero, deberle cuchillos a una persona... no lo veo normal. -Dijo ella, ya cansada de esperar al director.

Our ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora