Lo doloroso no es el adiós, sino el recuerdo.

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Clary se quedó estupefacta, la casa había perdido todo lo que la caracterizaba, todos los recuerdos de su familia y las cosas a las que Clary había cogido cariño y asociado a su hogar. Los muebles estaban apilados en el centro de la sala de estar, todos envueltos en plástico y en cajas, como si alguien se mudara.

Al principio pensó que esa no era su casa, pero lo era.

Pasó por la cocina y vio que la mayoría de los muebles y electrodomésticos habían pasado al salón. Lo curioso era que la vajilla, las decoraciones y todo seguía en su sitio, incluso había platos sucios en la encimera, esperando a ser lavados.

Fue por toda la casa llamando a sus padres, buscando por el salón, la terraza, el patio, los cuartos e incluso buscó en los baños. Se quedó estupefacta al ver que la habitación de sus padres estaba completamente vacía, igual los baños. Lo único que quedaba en la casa eran los muebles empaquetados abajo junto a la puerta y. la habitación de Clary.

Su cuarto seguía exacto, de no ser por un detalle. Clary siempre dejaba su habitación impoluta antes de salir, pero ahora estaba patas arriba, como si alguien hubiera estado ahí buscando. ¿Qué habrán buscado mis padres aquí? Se preguntó la chica, que se estaba poniendo nerviosa.

   -¿Papá, Ashley? ! ¡Donde estáis! - Gritó ella, llamando a su padre y a su madrastra.

Volvió a bajar las escaleras, para ver mejor los muebles empaquetados cuando se dio de sopetón con una figura negra.

Cayó hacia atrás y miró mejor a lo que era un chico alto, con el pelo marrón y los ojos de un gris intensísimo. Parecía de la misma edad de Clary, tal vez un año mayor.

   -¿Estás bien, Clary? - Dijo el chico tendiéndole una mano.

   -¿Quién eres y que demonios haces en mi casa? ¿Y cómo sabes cómo me llamo? - Respondió esta, que no se levantó del suelo.

   -Creo que me conoces, Clarise, soy Ethan, Ethan Keeper.

   -¿El hijo del oficial Tom? - Dijo ella aceptando la mano.

   -Ajá, el mismo – Una vez ella estuvo de pie, le soltó la mano. - Veo que buscas a tu familia, bueno, a tus padres.

   -Sí - Dijo ella intentando sonar tranquila – Pero no me has respondido a como has entrado y que haces aquí.

   -Se suponía que hoy terminabas la conversión de... ¿Cómo se hacen llamar la gente con la que vives?

   -¿La gente con la que vivo? Supongo que nunca habrás oído hablar de los humanos, ¿verdad? - Dijo Clary irónica.

   -Eso, -Dijo él, como si de verdad no supiera que era un humano- hoy terminabas la conversión de humana a guerrera elemental.

   -¿Perdón?

   -Hummmm... ¿Te ha dicho maestro lo de ir a ver a mi padre? - Dijo el esbozando una sonrisa.

   -Sigues sin responder a la pregunta.

   -Ay dios mío -alzó las manos en un gesto de derrota- He venido a ver que estabas a salvo, y a poner en su lugar a tus padres. He entrado por tu ventana.

   -Pues vamos, lo normal, ¿no? -Dijo ella impacientándose- ¿A qué te refieres con ver que estaba a salvo y porque tendrás tú que poner a mis padres en su lugar? Estoy perfectamente y no necesitas hablar con mis padres.

   -El vendaje que llevas debajo de la camiseta no dice lo mismo – Dijo el señalando la herida - ¿Cómo ha pasado? ¿Te la has curado?

   -Estoy perfectamente, así que explícame más o te puedes dar la vuelta y salir de mi casa, o claro, si lo prefieres, puedes saltar por mi ventana. Parece haberte gustado mucho. -Repitió ella, tapándose el vendaje del todo.

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