Duo peligroso

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Jeon Taehyung y Jeon Yoongi, son la pareja más temida de la universidad, ambos eran los que aniquilaban a cualquiera que se atreviera a ir contra ellos, ¿amigos? tenían dos Bogum y Zico, pero su confianza se limitaba a ellos y a su padre,  eran el alma de la fiesta y no porque amaran bailar sino porque no había un solo chico o chica que no quisiera estar en su cama. Su padre les daba lo que pidieran y es que frente a su padre el gran productor de películas Jeon Jungkook sus hijos eran una bendición, un amor.

Taehyung era un año menor que Yoongi, pero tenía la gran capacidad de convencer a cualquiera vendería lotes de tierra en el desierto si se lo proponía. Yoongi era un joven que conseguía todo de su padre mostrando   su sonrisa, pero de los demás obtenía todo con aquella mirada amenazadora que congelaría a cualquiera.

Ese día bajaron rápidamente pues se les hacía tarde, su padre desayunaba y al verlos sonrió. Habían notado a su padre más eufórico desde hace meses, suponían alguien había llegado a alborotar sus hormonas, tenía cuarenta y parecía de treinta, era todo un galán y merecía mucha felicidad.

— ¡Buenos días mis niños!

— Papá ¿Cuándo dejaremos de ser tus niños? — Dijo Taehyung con un puchero.

— Déjame ver... Creo que hasta que muera. O hasta que dejen de verse tan adorable con esos pucheros o esa sonrisa felina.

— No exageres viejo, cada día están más melodramático. Mañana tendremos fiesta en casa de Bogum, nos das dinero para comprar ropa.

— Toma la tarjeta, Yoongi. Por cierto quiero que conozcan a alguien.

— ¿Una novia?

— No Tae, es un novio. — dijo viendo de reojo la reacción de sus hijos, quienes sonrieron.— Si ustedes lo aceptan nos daremos una oportunidad... Tiene un hijo y es muy agradable, aunque no como ustedes a veces es tímido.

Los dos hermanos se dieron miradas cómplices y asintieron, total que tan malo podría ser un chico nuevo en la familia. Mientras no se metiera con ellos todo bien. — Papá no te preocupes, puedes darte la oportunidad te la mereces desde que esa mujercita se fue de nuestras vidas.

— No le digas así a tu madre Tae, no quiero que guardes rencor.

— Es que esa mujercita fue una churnia padre.

— Yoongi...

— Conste soy adoptado y no era mi madre, así que puedo llamarla como quiera, tú has sido padre y madre.

Jungkook rió y luego continuó desayunando viendo a sus hijos salir corriendo, jamás se arrepentiría de haber adoptado a Yoongi y menos de haber procreado a Taehyung con su novia, aunque está los haya abandonado. Anuló el matrimonio y se quedó con la custodia de sus hijos, lo cuales era todo su mundo, hasta que vio a Jimin en un café.

Yoongi conducía el auto y Taehyung puso la música, empezó a tararear y bailar Papillon, una canción de un Idol chino, rapeaba y Yoongi reía al verlo rapear y equivocarse en la letra. Yoongi amaba ver a su hermanito feliz, cuando llegaron a la universidad, Yoongi se acercó a su hermano y sin más se besaron, ambos buscando como dominar el beso, sus lengua se enredaban como en una danza erótica y explosiva.

— Tae ¿Algún día le diremos a papá?

— No sé, sabes que ninguno de los dos es un Doncel y no sé cómo lo tome papá.

— Tae... ¿Y si lo descubre y se molesta?

— Yoongi cuando pase ya sabremos que hacer, por el momento solo dejemos que el tiempo lo decida.

Los dos bajaron del auto y fueron a sus  respectivas clases, Taehyung estudiaba fotografía y Yoongi producción musical.  Cuando se dió la hora del descanso, Taehyung caminaba por el campus cuando vio a unos chicos que observaban por la ventana de un salón de bailes. Entre ellos uno de sus compañeros, Jae, se acercó sigiloso y tocó su hombro, este se giró de un brinco y con la mano en el pecho.

THE REASONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora