21. El miedo también duele

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Julio.

La cabeza de Jeon Jungkook comenzaba a doler, y aquella ligera molestia se acrecentaba cuando trataba de pensar en la causa de la misma. No sabía si era por el tráfico inmenso que inundaba a Seúl (cual hormiguero en flemático movimiento), quizá era el calor que comenzaba incrementar, o tal vez se trataba de lo enfadoso que se volvía su copiloto: Park Jimin.

Soltó un resoplido. Posiblemente eran las tres juntas.

—¡Vamos Jungkook-ssi, apresúrate! —rogó el rubio en un tono desesperado cuando el pelinegro apenas entraba en el estacionamiento del hospital.

—Solo debo encontrar un lugar para detenerme, ten paciencia —le contestó deseando que el aura deplorable, que adornaba el interior de la camioneta, desapareciera.

—He tenido paciencia durante todo el camino, ya estoy harto —Jungkook soltó una risita, se encontraba algo cansado y un poco molesto, pero aquello no iba a evitar que se burlara de su peculiar amigo, mismo que mencionó aquella última frase en un matiz chillón con los brazos cruzados.

—No seas dramático, no es para tanto —mencionó el menor aparcando su automóvil sin ningún inconveniente—... Además, aún falta tiempo para mi cita, ¿Por qué me hiciste venir tan temprano? —preguntó y segundos más tarde sintió que Park Jimin le fulminaba con la mirada, se giró a verlo y al comprobar su expresión decidió imitarlo. Pero el rubio se rindió más pronto de lo esperado, pues la mirada de Jungkook hablaba por si sola y al entender que ambos tenían a la misma persona en la mente, Jimin se sonrojó—. Ese Min Yoongi —murmuró el pelinegro dando un ligero golpe en el volante.

—Solo quiero interceptarlo antes de que haya comido algo —se justificó el muchacho de las mejillas regordetas—... Sé que come a estas horas y...

—Hyung...

—Es que quiero pasar tiempo con él, ahora que lo he vuelto a ver y sé que no está molesto conmigo, debo intentar...

—Hyung...

—¿Sabes cuantos días he estado esperando a que tengas una cita en horas tempranas, para poder hablarle siquiera...?

—Hyung...

—Me lo he pensado mucho Jungkook, he debatido noches enteras, pero la decisión que tomé hace tiempo sigue en pie. Tengo miedo, pero por lo menos quiero intentar recuperar la amistad que teníamos antes, fuera del chat... Solo quiero que Min Yoongi vuelva a estar en mi vida... aunque no se logre de la manera en que me gustaría —se detuvo, perdiendo sus orbes en el tablero del auto—... No me juzgues e intenta apoyarme, te lo pido —se giró, encontrando a los ojos de Jeon Jungkook mirándolo de una manera extraña. ¿Era preocupación lo que intuía?, no lo supo, pero también lo puso nervioso. A veces le daban ganas de llorar al no poder evitar tener esos pensamientos, al no poder arrancarse a Min Yoongi de su corazón. Sin embargo, su alma se relajó cuando Jeon reemplazó aquella seria expresión por una tierna sonrisa.

—Jimin hyung, eres la persona más necia que conozco —dijo provocando que el mayor repensara el ya mencionado aspecto de su personalidad—, pero también eres la más valiente. Cuentas conmigo siempre. Solo... prométeme que cuidarás tu corazón —pidió el pelinegro, pero Jimin no contestó. Simplemente, tras varios segundos de analizar el mar de pensamientos que había en su cabeza, asintió y sonrió, regalándole tranquilidad a un Jungkook que anhelaba lo mejor para su mayor—. Baja ya tonto, tenemos que encontrarlo antes de que vaya a comer.

Y sin perder el tiempo, bajaron de la camioneta apresurándose a cruzar el jardín del frente del hospital. Entraron a la sala de espera de medicina física y justo cuando Jungkook comenzó a hablar con la enfermera de la recepción, con el objetivo de conocer la ubicación exacta de los jóvenes fisioterapeutas, la voz de Min Yoongi resonó por uno de los pasillos que llevaban al interior de la zona.

Noche Oscura || KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora