Diciembre.
Por primera vez, Jeon Jungkook, se encontraba sentado en la parada de autobús más cercana al fraccionamiento donde residía y, para ser sincero, se sentía un tanto extraño.
Lo anterior, podría ocurrir por dos razones: la primera, por las miradas que recibía de las personas a su alrededor, quizá, había exagerado un poco con su atuendo formal; y la segunda: porque el tiempo transcurría con extrema lentitud y sus nervios estaban a punto de provocarle náuseas.
Miró el reloj por enésima vez y, al comprobar que pronto darían las veintiún horas, se removió en el frío asiento, llevando su vista hasta la acera contigua, por la cual, un centenar de personas, caminaban a prisa con obsequios en sus manos.
Nochebuena, eres todo un caos.
Pensó y soltó un resoplido, para luego intentar distraerse, imaginando la vida de muchos de ellos. Sin embargo, justo cuando estaba concentrándose, un verdoso autobús se detuvo frente a él, trayéndole el mejor regalo de Navidad que nunca jamás pensó pedir.
Kim Taehyung puso sus pies sobre la acera, sintiendo una inquietud en el pecho que también le provocaba un temblor en sus rodillas. Levantó el rostro y no pudo evitar quedar perplejo.
Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Jungkook y se puso de pie al instante para acercarse hasta el lindo chico recién llegado.
—Taehyung —pronunció—, te extrañé —pero después de haber confesado eso, notó la rara expresión en el rostro que más adoraba—. ¿Estás bien?, ¿Pasó algo? —cuestionó preocupándose.
—T... tú —soltó entrecortado—... Estás... guapísimo...
—¿Qué? —inquirió el menor, sin impedir que un leve sonrojo le adornara la piel—, Taehyung...
—Te ves demasiado atractivo —declaró, llevando sus manos hasta cubrirse la boca—... Y ese peinado, Dios —por ende, Jungkook soltó una risita apenada.
Era cierto que había planificado su atuendo con anticipación. Un traje negro con una corbata guinda fueron su idea desde un principio, justo como cada año. No obstante, en esta ocasión, su cabello estaba recogido hacia atrás, peinado de una manera tan seductora, que el corazón de Taehyung no pudo evitar enloquecerse.
—Entonces si te gustó —arguyó y la expresión de Taehyung se convirtió en una de desconcierto.
—¿Lo hiciste a propósito?
—Quizá —pronunció juguetón y sus manos fueron directo hasta la corbata de Kim Taehyung—. Este estilo te queda demasiado bien —le dijo, acomodando con delicadeza la prenda que rodeaba el cuello del mayor—. Luces elegante y hermoso, bebé.
Y ante esa manera de llamarlo, Taehyung se tensó. Apenas, el pelinegro le había dicho así un par de veces por mensajes de texto, pero sonaba tan precioso al escucharlo de frente, que no pudo evitar querer lanzarse a abrazar al pelinegro. Cuando menos acordó, ya había dejado un pico sorpresivo en los labios de Jungkook.
—¿Esperaste por mucho? —cuestionó, poniéndose rojo cuando ya estaba lejos del otro rostro.
—No en realidad —contestó, comenzando a caminar en dirección a su fraccionamiento, misma acción que imitó Taehyung—. ¿Te fue bien al venir?
—La verdad, el colectivo demoró demasiado en atravesar la ciudad. Sinceramente, me estaba desesperando.
—Te dije que yo podía pasar a buscarte —pronunció e, inconscientemente, buscó la mano del mayor para entrelazarla con la suya.
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Noche Oscura || Kooktae
FanficJeon Jungkook es un atleta que desea, con todo su corazón, ganar las Olimpiadas. Desgraciadamente, sufre una lesión que lo obliga a detener su vida y sus sueños. Kim Taehyung, es el fisioterapeuta que se encarga de hacer que todo con el Golden Makn...