CAPITULO 11 (FINAL)

362 32 5
                                    

Dos meses más tarde.

HyukJae despertó de un mal sueño, atontado y preguntándose qué diablos podría haberle despertado en medio de la noche. Donghae todavía estaba dormido, acurrucado fuertemente entre sus brazos. HyukJae pasó la mano arriba y abajo por la espalda de su compañero. Le encantaba la sensación de tener a Donghae en sus brazos. Desde la primera noche que Donghae había llegado a su habitación golpeando la puerta de HyukJae, no había habido una sola noche que hubiera dormido fuera. Donghae había recorrido un largo camino, teniendo en cuenta todo lo que había pasado y HyukJae no podría estar más orgulloso de su compañero.

Sí, Donghae todavía tenía pesadillas de vez en cuando, pero cada vez pasaba más tiempo entre ellas. La mano de HyukJae bajó suavemente por la piel sedosa hasta que ahuecó gentilmente su culo. La polla de HyukJae se había animado, y pensó que ya que estaba despierto, podría tener un poco de diversión. Sus dedos se deslizaron por la grieta y golpearon contra la apretada entrada que tanto amaba.

Donghae gimió en su sueño y se empujó contra sus dedos. HyukJae amaba que no importaba en qué estado estuviera Donghae, su cuerpo siempre buscaba su tacto. Empujó un poco más y sintió su dedo deslizarse dentro de su calor, feliz de que Donghae estuviera todavía lubricado desde el primer encuentro de la noche.

Los sonidos que Donghae hacía mientras seguía durmiendo, le pusieron la polla más dura. Empujó un segundo dedo torciéndolo hasta encontrar justo lo que estaba buscando. Donghae se echó hacia atrás con más fuerza, contra los dedos que le invadían, y HyukJae vio cómo abría los ojos.

—Mmm... ¿quieres algo?

—Ya me conoces, cariño. Nunca tengo suficiente de tu sexy cuerpo.

HyukJae le dio la vuelta hasta que tuvo a Donghae bajo él. Acababa de deslizar los dedos fuera y alinear su polla, cuando un grito rasgó el aire.

—¿Qué demonios? —preguntó Donghae mientras se sentaba empujando el pecho de HyukJae.

Frustrado como el infierno, HyukJae salió de la cama, agarró los vaqueros que llevaba puestos el día anterior y metió su dura polla en los pantalones. Una vez que estuvieron vestidos, salieron de la habitación.

HyukJae podía oír los ruidos desde la habitación de Kyuhyun y Sungmin. Al siguiente grito, HyukJae ni siquiera se molestó en tocar, abrió la puerta y se metió en la habitación. Se dio cuenta de todo en un instante.

Sungmin respiraba con dificultad, apoyado en el extremo de la cama con un brazo, tratando de sujetar su peso, el otro brazo frotando su muy distendido estómago. Kyuhyun estaba tras él, con el pantalón del pijama frotándole la espalda, susurrando palabras tranquilizadoras a su compañero.

—¿Todo bien? —preguntó HyukJae.

—Las contracciones comenzaron hace aproximadamente una hora. Cada vez son más fuertes y más seguidas —le respondió Kyuhyun—. Necesitamos a papá y mamá. ¿Puedes llamar y avisarles? —HyukJae asintió con la cabeza y salió de la habitación buscando su teléfono.

La doctora Tiwat había llegado hacía una semana y junto a Shin DongHee, la médico de la manada, habían montado una habitación temporal limpia en casa de sus padres donde Sungmin podría tener a los gemelos.

HyukJae no podía esperar a que nacieran los bebés. Le encantaba que Naeun corriera por la casa y Donghae había empezado a hablar de tener hijos propios, pero HyukJae estaba más que feliz de esperar a que Donghae estuviera listo.

Al entrar en el dormitorio, HyukJae tomó el teléfono de la mesilla de noche y llamó a casa de sus padres para decirles que estaban a punto de ser bombardeados por un montón de gente.

(4) Compañero Prohibido - SichulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora