Radio De Amor. [Fanfic: MY]

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Diez

Siendo las dos y cuarto de la mañana, Min Yoongi, metió la llave en la pequeña cerradura de la puerta principal, giró la cerradura con la llave liberando el seguro y entro a su hogar. Aseguró la puerta sin encender la luz y luego camino lentamente para que no escucharan los pasos del chico que había llegado tarde a casa. Sin embargo, la luz de una lámpara fue encendida iluminando a su madre en el sofá con una copa de vino en sus manos.

—no imaginé que llegarás tan tarde.

—Jin me trajo.

—¿Solo fueron a los bolos?

El menor rasco su nuca y trago duro mientras miraba hacia otra dirección.

—La casa de Jin estaba sola, así que fuimos a descansar un rato ahí.

—¿Descansar? ¿Tomaste?

—solo un jugo de naranja

—¿No fue un Tequila Sunrise?

—¡Mamá! Sabes que no me gusta beber.

—¡Lo se! Solo quería molestarte.

Él muchacho nego caminando hacia la cocina, acercándose a dónde guardan las vajillas, estiro la cajonera y sacó un vaso de vidrio.

—¿Por que invitaste a Sharity a cenar sin consultarme?

—¿Acaso debo preguntar a quien debo traer a mi casa? ... Para serte sincera me trae buenos recuerdos...¿Por qué no la invitaría?.

—debiste si quiera decirme... Sabes lo que pasa.

—te gusta.

Él muchacho se torno rojo mientras tomaba su un poco de agua.

—soy tu madre, puedes contarme lo que sea... ¿Cómo te sientes?

—es vergonzoso.— contesto limpiando las comisuras de sus labios en los que habían quedado restos de agua.

—claro que no... Tener sentimientos por alguien, significa ser humano, no es vergonzoso que te guste algo.

—pero ella no lo sabe.

—independimente si lo sepa o no... Ella te gusta y eso es lo cierto. No te avergüences cariño.

—¿Pero si no soy lo que espera?

—¿Que espera ella? Eres un buen chico, con buenos valores, buena educación y eres todo un bombón.

—pero soy adoptado.

—Yoongi ya hablamos de esos temas. Eres mi hijo porque yo te crié, tienes una familia que te da cariño y una vida muy bonita por delante... No dejes que los estéreotipos te definan.

Él chico Min asintió y abrazo a su madre mientras se acurrucaba en su hombro.

—Te amó.

—Y yo te amó a ti.... Ahora ve a dormir, mañana hay escuela.
—pero no dormiré lo suficiente.

—¿Y eso que? Yo te deje a qué tomarás tus decisiones. Tu decisión fue ir y dormir tarde. No descuides los estudios, muchacho.

—si, mamá.

Con algo de cansancio se dirigió a las escaleras y camino hacia su habitación, dónde su cama lo esperaba arreglada y con sus muñecos de acción bien acomodados. Con flojera suspiró, volteo los ojos y se aventó sobre su cama soltando algunas pelusas y a la vez dejando caer algunas almohadas.

El muchacho cansado suspiro una última vez y se dejó caer rendido por el sueño.