Capítulo 1

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¿No les pasa que aveces quieren ayudar a alguien pero no saben cómo?, porque yo sí, así me he sentido toda mi vida, un inútil, yo Neville Longbottom héroe de guerra, veo a Harry Potter mi gran amor derrumbarse y yo no tengo la más mínima idea de como evitarlo.

Quiero aclarar que Harry no sabe nada de mis sentimientos y dudo que alguna vez lo sepa, no me siento capaz de decírselo, parece una broma del mal gusto, soy capaz de enfrentarme a mortifagos, pero no declararme al chico que me gusta.

Estaba viendo por la ventana de la cocina de los Weasley, a Harry, estaba sentado debajo de un árbol, con la mirada puesta en el horizonte, y podía jurar que estaba sollozando, voltee mi rostro, no podía aguantar lo que estaba viendo, hasta que se vino una idea.

Transfiguré una escoba en un bate, salí de la cocina y me dirigí a donde estaba Harry.

—Quiero estar solo—, declaró sin mirarme.

—Yo… vine a traerte esto—, le conté mientras le tendía el bate.

Él lo miró confundido, y yo no encontraba mis palabras.

—Leí una vez, que golpear algo es muy bueno para liberar las emociones—, dije mientras me escogía de hombros.

Él titubeó, pero agarró el bate y se levantó, yo me hice a un lado, y esperé, luego de un minuto o un poco más, empezó a golpear el árbol, yo solo era un observador, no podía negar que me daba miedo verlo así de furioso, sin embargo sabía, que él no me iba a hacer daño.

Duró un buen rato golpeando al árbol, hasta que dejó caer el bate, y se dobló en si mismo respirando agitadamente.

—¿Te sientes mejor?

—Un poco.

—¿Quieres hablar?

Él no contestó de inmediato, quizá no quería hablar de eso.

—Se supone que debo estar feliz porque Voldemort ya no está, pero no puedo estarlo, mucha gente murió por mi culpa y…

—No es tu culpa Harry, tú no mataste a esa gente, muchos tuvieron la oportunidad de irse y se quedaron porque querían, querían luchar, nadie los obligó, es hora de que asumas tu triunfo, y lo disfrutes.

—No sé si pueda—, contestó en un susurro.

—Sí, si puedes, no será fácil, pero lo lograrás, deja de martirizarte, tú también eres víctima de esta guerra sin sentido, tú también perdiste mucho, y al contrario de los demás, tú no tuviste elección, así que por favor, es momento de que pienses en ti.

Harry esta vez me miró, se colocó recto, se acercó a mí y me abrazó.

—Gracias Neville, gracias por ser mi amigo.

Un nudo se formó en mi garganta.

No sabes lo que daría yo, por ser más que tu amigo.

Para eso estamos los amigos—, sintiéndome triste por decirle eso.

Pero era la verdad, la única etiqueta que existiría en nuestra relación sería eso "amigos", y como todo en mi vida, me tendría que conformar con menos de lo que he querido.

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