Capítulo 8

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2 meses pasaron, y todavía teníamos nuestra relación en secreto, como si querernos fuera un delito, por más que insistía en hacer pública lo nuestro, él insistía en todo lo contrario, me molestaba no poder besarlo en público, o tomar su mano, fingir que éramos sólo amigos, cuando las paredes de la sala de los menesteres, era testigo de nuestro amor, aveces me sentía egoísta por querer que todos supieran que Harry y yo nos amábamos, ¿pero no era más egoísta, pasar por encima de lo que en verdad quiero?

Estaba en el pecho de Harry, y lo notaba pensativo, ese día había derrochado más pasión de lo acostumbrado, tomándose más tiempo en poseerme, no paraba en decirme que me amaba, y como siempre me sentí en las nubes.

—Harry, ¿pasa algo?

Él no me contestó, empezó a recoger la ropa y a vestirse.

—Te estoy hablando Harry, ¿qué pasa?

—Debemos terminar.

Sentí como mi respiración empezó a entrecortar, mas no le iba a dar el gusto de llorar.

—Está bien, pero me darás una explicación.

Él seguía sin mirarme, empezó a juguetear con sus manos y su espalda encorvada.

—Ginny está embarazada.

Sentí como mi corazón se rompía.

—¿Cuánto tiempo tiene?

—3 meses.

Aunque sea me consolaba de que no me fue infiel.

—¿Y por qué impide nuestra relación?

—Porque me voy a casar con ella, debo hacerme responsable de mis actos.

—¿Y eso es casarse con alguien qué no amas?—, pregunté molesto—. ¿O es que la amas?

—¡Por supuesto que no!

—¡Puedes hacerte responsable sin casarte!

—Si no quieres dejarme, entonces espérame, no pienso estar casado con ella más de un año.

—No.

—¿Qué?

—Dije que no, no voy a colocar mi vida en pausa por ti, ni mucho menos ser plato de segunda mesa.

Me dolía decirle eso, lo amo, pero estoy cansado en tenerlo a medias.

—¿No me amas?—, preguntó herido.

—Lo hago, pero estoy cansado de tus dudas.

—No son dudas Neville.

—Sí lo son, el hecho de que te cases con ella, es porque no defiendes nuestro amor, y si no lo haces, es porque no me amas o porque dudas de lo nuestro.

—Te amo, Nev, no sé que quieres que haga.

—¡Deja tus dudas y ámame!, pero hazlo de verdad, no a medias, no un día sí y el otro no, que al primer problema, vas y me das la espalda, escudándote en tu maldito deber, salvaste el mundo mágico, es hora de que decidas ser feliz, pero mientras no tengas los pantalones de hacerlo, no pienso quedarme a que me des migajas.

Harry empezó a pasarse la mano por el cabello, alborotandoselo más, soltando un suspiro frustrado.

—Yo te amo Neville.

—Las palabras se las lleva el viento, demuestramelo, pero mientras no lo hagas, lo nuestro aquí se termina.

Tomé mi ropa y me vestí, mi corazón dolía, antes pensaba que era una exageración de las personas cuando decían que amar dolía, ¿cómo algo tan bonito iba a causar dolor?, la respuesta es sencilla, el amor no es el que lastima, son las personas que se escudan tras ese sentimiento, y que hacen daño.

No esperé a Harry y caminé hasta la torre, evitando al celador y a su gata, llegué al cuarto, coloqué hechizos alrededor de mi cama, me acosté en ella y pasé toda la noche llorando por algo que pudo ser, pero no fue.

Deja tus dudas y ámame  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora