Capítulo 08

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008

• Camisas desprolijas alrededor del hogar •

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Así que otra vez peleando por teléfono con tu chico... Si pudieras verte Ruby, tú mismo que dices que el ceño fruncido te sacará arrugas y que jalonearse el cabello te hará calvo, pero ahí estás... Frente a mi puerta, discutiendo muy prudentemente sobre algún diseño o algo así. Yo no te haría molestar así... 

"¿No puede ser eso suficiente?"

Solo estoy pensando en tonterías.

Me quedé mirándote unos segundos más apoyado en una de las paredes del corredor, hasta que notaste mi presencia y cortaste rápidamente tu llamada. 

— ¡El romance está en el aire! —Dije sarcástico, te ví por el rabillo del ojo rodar los ojos como siempre lo haces, mientras terminaba de abrir.— Espero que al menos la cena sea buena.

— Lo he preparado yo, así que, lo es— Me respondió, alzando orgullosamente tu bolso con ambos envases de comida.

Yo me quedo en silencio y prefiero no responder por un momento; con su mirada, tono y pisadas es evidente que sigue con la cabeza caliente. Una vez que ya sirvió todo en mi comedor -que últimamente ha estado más ordenado de lo usual-, parece estar ya con las revoluciones más relajadas.

— Tampoco quiero sobornarte con comida, ¿sabes, Gold?— Dijo Ruby, mirándome con esa carita de cachorrito perdido— Tu también tienes tus propios problemas de seguro, y yo ya no soy ese niño engreído que solo habla de lo suyo.

— Oye, oye. Tranquilo niño de las rosas. Yo nunca he dicho que no quiero escucharte— Ruby me miró con cierta indecisión, como no creyendo del todo mis palabras.— Nunca está de más oir sobre la tragicomedia que llevas de relación amorosa-laboral. 

Ruby intentó hacerse el ofendido, pero entre ese mirada de lado indignada hay una pequeña sonrisa escondida. Sabiendo que está mejor, me dispongo a tomar asiento y al fin disfrutar de mi cena.

— Igual hoy no ha sido nada grave, solo que Falkner se olvidó de llevarse el cuaderno con los diseños. Y luego de lo que me dijiste, dejarlo tan expuesto me pone un poco de los nervios— Me resumió, yo solo asentí, dándole espacio a que se explaye más.— En realidad, gracias por escucharme, Gold. 

— Ya te dije que es interesante escuchar de tu tragi-

— Si necesitas hablar con alguien, sabes que estoy aquí para tí, ¿okay?— Me interrumpió. Sentí mi cuerpo tensarse, con un impulso de simplemente soltar todo lo que ronda en mi mente. 

¿Pero no es esto ya suficiente? Ruby ya hace bastante al dedicarle tiempo al pobre niño bastardo que ni sus padres quieren. Pero... Si me mira así, con esa preocupación en el rostro. Yo tampoco soy de piedra. Y él solo sabe bajar mis defensas.

Yo... No soy lo adecuado para él, ¿qué me hace pensar en algo así?

— Supongo...— Intenté sonreirle de la manera más sincera posible, pero siento una expresión amarga y con culpa mostrarse en mis rostro.

Perdona, soy un mentiroso. 

— Jovencito Gold, el señor Oak lo está esperando dentro.

Todo iba bien... Hasta que te vi con esas medias verdes |AU| EyewearshippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora